7 Reglas para tener un buen desacuerdo

Por: Larry Stockstill

 La vida personal del pastor

Nuestra sociedad se ha salido de control. La civilidad, la cortesía y el honor están desapareciendo. La ira, el desprecio y la falta de respeto se han convertido en la norma a la hora compartir nuestros diferentes puntos de vista sobre un tema, sea político, social o relacionado a la fe. Estas son mis 7 reglas para poder tener un buen desacuerdo:

  1. ESCUCHAR. Si dejo de escuchar, la lucha está en marcha e interpreto cada frase a través de mi filtro de malentendidos. Debemos procurar entender lo que la otra persona está queriendo explicar. Démosle a la persona con la que no estamos de acuerdo tres oraciones por cada una que nosotros hablemos. . Eso significa que usted estará concentrado en escuchar y comprender en lugar de luchar.
  2. MIRAR. Mire a la persona a los ojos. Los ojos son las ventanas del alma. Los ojos de su interlocutor comunicarán su enojo, dolor, miedo u orgullo. Pero cuando sus ojos se encuentren con los de usted, podrán ver su comportamiento tranquilo y afectuoso (¡si lo tiene!). Usted puede, literalmente, calmarlo con ojos que nunca muestran enojo o miedo.
  3. ACUERDO. ¿Hay algo en lo que pueda estar de acuerdo? ¿Incluso un pequeño punto? Empiece por ahí. Casi nunca alguien está 100% equivocado. La persona con la que mantiene su debate está tratando de comunicarle una inquietud, incluso si lo hace en la forma incorrecta. Si usted escucha con atención y oye una declaración verdadera, coméntela inmediatamente. Construya una humanidad en común antes de construir una opinión en común.
  4. VOLUMEN. Baje el volumen. Las palabras fuertes inflaman las emociones de “lucha o huye”. Cuando intencionalmente baja el volumen, el tono de su interlocutor bajará también. En algunas discusiones, intencionalmente he llegado a casi un susurro y he observado el efecto inmediato que esto tiene en el otro. ¡Inténtelo!
  5. REPETIR. Cuando repetimos las últimas palabras de una oración crítica, inmediatamente la persona que tenemos delante se da cuenta de que la estamos escuchando. Elija una oración de importancia e inserte esto: “Entonces, lo que estoy oyendo decir es ___________”. Cada vez que haga eso, convencerá a la persona con quien debate que usted está realmente interesado en su punto de vista. Después de varias veces de repetir, pregúntele si ahora le permitiría a usted responder.
  6. HONOR. Muchos desacuerdos no son por cuestiones, sino por deshonra. Cuando una persona siente que está siendo “abatida”, reacciona. Cuando su personalidad, raza, género, creencia religiosa, situación financiera o condición educativa son menospreciadas, la respuesta natural es la lucha. Mire más allá del exterior y vea a una persona a la imagen de Dios. Ellos merecen respeto. Ellos merecen ser escuchados. Pedro lo dijo de esta manera: “Honra a todos los hombres”.
  7. DEJAR. Si nada de lo anterior funciona, váyase. Es difícil tener una discusión con uno mismo. Aléjese y no se de vuelta. No amenace con irse frunciendo el ceño o haciendo un gesto. Sólo váyase y espere un mejor momento para llevar adelante dicha discusión. Dígale a la otra persona que lo llamará más tarde. Ninguna discusión se resuelve cuando una de las partes está incoherentemente enojada.

Los problemas que tenemos en nuestra sociedad son enormes. Hay múltiples puntos de vista. Podemos ganar una discusión y perder a un prójimo. Tranquilicémonos. La violencia física, los insultos, las discrepancias en las redes sociales, el ataque a personas en restaurantes, etc, todo eso es para personas que no tienen control civil y, por lo tanto, no contribuyen. Que nuestra actitud siempre sea “Te amo”. Ahora, aprendamos a poder estar en desacuerdo.