Autor: Consejo Directivo Nacional de la UAD
El sociólogo y antropólogo Pablo Semán, investigador en temas de Religión del CONICET, ha venido estudiando por más de 30 años el crecimiento de la Iglesia Evangélica en Argentina. Días atrás afirmó de manera contundente en una entrevista televisiva, ante los ojos sorprendidos del periodista: “Inexorablemente, irremediablemente la Iglesia evangélica seguirá creciendo”.
Por la cantidad creciente de millones de argentinos que abrazan la fe evangélica, la iglesia seguirá creciendo en número y su influencia en el arte, en el deporte, en la educación, en la empresa y no será excepción el mundo de la política.
Nos llena de esperanza ver a miles de personas, con una fe evangélica dedicar sus vidas al servicio al prójimo mediante la participación política. Sumando con su involucramiento capacidad, honestidad, compromiso e integridad a la labor pública. Apoyemos en oración a todos los que han abrazado este llamado.
En cuanto a ministros de la Unión de las Asambleas de Dios con una inclinación política debemos de recordar nuestro compromiso ético ministerial asumido ante esta institución. El mismo declara que todo ministro que decida militar en política deberá entregar sus credenciales y cesar sus funciones como tal. La idea central de este compromiso firmado es no mezclar o confundir lo político partidario con lo sagrado que debe ser nuestro sacerdocio. Debemos de tener claro desde donde elegimos transformar la realidad, desde la política o desde la tarea pastoral.
Como discípulos de Jesús tenemos muy claro los principios cristianos bíblicos y abogamos por ellos en todos nuestros actos y acciones. Recordando también que ningún partido político puede asumir la total representación evangélica. En nuestras congregaciones suele haber asistentes con las más variadas miradas políticas. Por tal motivo y por respeto a ellos, las acciones pastorales deben de estar más allá de lo partidario ya que podríamos decir sin equivocarnos que las cosas de Dios son para todos y no para una parte.
Finalmente alentamos en estos tiempos tan sensibles a redoblar nuestra oración en favor de nuestra querida y amada Argentina
[…] si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. – 2 Crónicas 7:14
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