Autor: Magal
¡Hola amada Familia!
¡Saludándolos desde mi Ramallo natal! De regreso en tierras argentinas. Me tomó un poquito más de tiempo de lo que esperado, pero ya estoy descansando. Agradezco con todo mi corazón todo el apoyo que me han brindado en estos años.
Mi regreso estaba previsto para junio del año pasado, pero, como a todos, la pandemia cambió nuestros planes. En mi caso, los colegas que debían regresar para tomar la posta no pudieron hacerlo. Stacey, mi colega británica y amiga, y yo quedamos solas en la capital desde mayo del año pasado hasta finales de enero cuando el resto comenzó a regresar.
Fue una extra milla interesante y desafiante. Afrontamos la primera ola del virus con el mismo desconocimiento, pero con el agravante de un país sin los recursos básicos para prestar el servicio primario. Por otro lado, una economía que no pudo sostener una cuarentena prolongada. Para el mes de agosto, se había vuelto a casi una total normalidad. Para finales del año pasado, los únicos en preservar los protocoles eran las organizaciones internacionales. Ya no se usaba barbijo ni se respetaban las distancias hasta mi regreso. De acuerdo a las ultimas noticias, se está transitando la segunda ola, con un importante incremento de casos.
Sumado a la situación sanitaria, mi amada nación afronta otro desafío que pone en riesgo las ¨libertades¨ alcanzadas. Las tropas internacionales dejarán el país para el mes de septiembre. La sociedad está convencida de que los insurgentes tomarán el control completo del país (han alcanzado el 60% del país al momento) y está atemorizada. El gobierno no tiene ni la fuerza ni el equipamiento para hacerles frente. Las últimas noticias muestran un incremento en la violencia y territorio que sigue cayendo en manos de los insurgentes – en las áreas remotas, los gobernantes ya ni siquiera oponen resistencia-. Clamamos por un milagro.
A lo largo de este segundo período, he sido testigo presencial y de oído del obrar de nuestro Dios. Es tan maravillosamente sorprendente la manera en la que Él se mueve en medio de lo que parece imposible. Milagros de salvación y protección a partir de amenazas de muerte. Palabra viva que animaron nuestra alma y refrescaron el espíritu a través de desiertos y soledad.
Sólo puedo rendir mi corazón en agradecimiento y reconocer el privilegio que significa ser parte de Su plan de salvación. Permanecer es la palabra que me identifica a lo largo de este período. Una de las definiciones de permanecer es mantenerse sin mutación o cambio en un lugar. Una mutación o cambio se produce por una circunstancia externa y, de hecho, tenemos muchas de esas. Permanecer, aunque la violencia se incremente a pesar de nuestras oraciones. Permanecer, a pesar de que el gobierne implemente más y más requisitos con el objetivo de que nos demos por vencidos y abandonemos el país. Permanecer, sin ceder a la opresión espiritual con la cual aprendimos a convivir. Permanecer, sin dar lugar al temor ante las amenazas de muerte.
Permanecemos porque estamos conectados a la Vid Verdadera.
Permanecemos porque hay una savia pura que no sólo nos da vida, sino que también nos trasmite propósito y eternidad.
Permanecemos amada Iglesia porque sólo Él es digno de cualquier sacrificio, renunciamiento o persecución o aún muerte.
Con cariño, Magal