Autor: Omar Olier
Los hombres y las mujeres de Dios, somos personas de fe. La fe sirve para llevar adelante una misión, pero para hacerlo necesitamos primero saber hacia a donde vamos. Es ahí donde entra la visión. La visión sirve para fijar el rumbo, un Norte, un camino a seguir, nos permite ver nuestro destino con claridad. La fe es el combustible que te permitirá poner en movimiento toda tu maquinaria para acelerar hacia tu destino.
Cuando Moisés junto salió de Egipto junto al pueblo de Israel, llegó al límite del mar rojo. Detrás de ellos estaba Faraón y todo su ejército, persiguiéndolos para matarlos. Parecía ser un lugar sin salida, los carros del Faraón dispuestos a dar muerte al pueblo de Dios se acercaban cada vez más. Pero allí donde el hombre no encuentra una salida, Dios sí la tiene. En ese momento, Dios le dio una visión a Moisés, un plan, una estrategia para salir adelante y salvar al pueblo de Dios de lo que parecía ser una muerte asegurada. Se abrió el mar, el pueblo de Dios cruzó en seco a la “tierra prometida”, y Faraón pereció con su ejército bajo las aguas.
Cuando recibimos una visión de parte de Dios, recibimos también una revelación de sus planes divinos a la luz de la Palabra. La Biblia es la palabra de Dios revelada a los hombres. Por medio de las sagradas escrituras podemos conocer el corazón de Dios, sus características y sus planes para nosotros. Esta increíble bendición nos permite aprender a ver como Dios ve. Nos permite aprender a pensar como Dios quiere que pensemos, con una mente renovada, conforme a la altura del varón perfecto, Jesucristo.
La visión de Dios no es sólo para algunos, es para todos los hijos de Dios. Usted tiene que pedirle a Dios que le enseñe a ver la vida como Él la ve. Cuando la incertidumbre llega a tu vida, cuando las circunstancias adversas parecen mostrarnos un camino sin salida, es tiempo delevantar la mirada de las cosas terrenales y ponerlas en el cielo. Pida a Dios que le muestre la salida, cuál es el camino que usted debe tomar. Pídale que le permita ver esa situación que usted vive como Él la ve.
Hoy en día muchos cristianos viven el día a día sin visión. Son personas de bien, que han nacido de nuevo, pero no tienen una visión clara respecto a su función en la vida, no conocen el propósito por el cual nacieron, no saben el lugar que deben ocupar en el cuerpo de Cristo.
El profeta Isaías, tuvo una visión de Dios sentado en su trono:
“Después oí que el Señor preguntaba: «¿A quién enviaré como mensajero a este pueblo? ¿Quién irá por nosotros?». —Aquí estoy yo —le dije—. Envíame a mí.” (Isaías 6:8) NTV
La visiones de Dios son para bendecir tu vida y para bendecir la vida de los demás. Como hijos de Dios, somos instrumentos útiles en sus manos, representamos a Dios en la Tierra y somos un canal de bendición para transformar el mundo. Cuando recibes una visión de Dios, el camino incierto que estaba por delante de repente se vuelve claro. Comienzas a dar pasos firmes y certeros en dirección a tu destino.Dios está buscando un Isaías en el 2020que sea un instrumento útil en sus manos. La iglesia es la voz profética. Este es tiempo de anunciar las buenas nuevas de Dios. Cristo es la salida a toda tormenta, a toda crisis a toda situación. La iglesia, usted hermano, hermana que está leyendo este mensaje, usted es el instrumento que Dios quiere usar para transformar la realidad que vivimos. Anuncie el mensaje de Cristo, la salvación del mundo, a todo aquel que aún no lo conoce.
“La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios,” (Romanos 8:19) NVI
Quiero orar por tu vida:
Padre celestial, te pido que abras los ojos de tu pueblo, abre los ojos de tu Iglesia. Te pido que esta palabra profética llegue a todos los corazones y sus ojos espirituales sean abiertos. Dales una visión para entender el tiempo que estamos viviendo. Muestrales con claridad la función que deben cumplir hoy en día como instrumento útil en tus manos. Padre Dios, te lo pido en el nombre de tu hijo amado, en el nombre de Jesús. Amén y Amén.
¡Dios te bendiga!
Recuperado: http://olieromar.com/el-poder-de-la-vision-2/