Autor: Silvia Serantes
La frase del pastor bautista Martín Luther King es muy actual para estos tiempos: “NO ME PREOCUPA el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que ME PREOCUPA es el silencio de los buenos”.
¿Cuál es la diferencia entre involucrarse y comprometerse? Cuando nos involucramos solo pasamos por allí, no hay pasión y miramos livianamente la situación. Entonces, involucrarse sería “tocar de oído”, hablamos como eruditos del tema, aparentamos que nos interesa y que estamos dispuestos a dar todo. Pero cuando se nos pide algo específico aparecen las excusas. En cambio, cuando hablamos de comprometemos, ponemos nuestra pasión y prioridad, es decir, que requiere determinación.
Veamos lo siguiente: Una gallina y un cerdo se pusieron de acuerdo para abrir un restaurante, la gallina propuso el nombre: “huevos con tocino/panceta”. Fue allí donde el cerdito desistió diciendo: Tu estarías involucrada gallina, pero yo realmente comprometido.
Jesús nos presenta una escena tan actual y cotidiana de nuestro tiempo en San Lucas 10: 25-37 a la cual conocemos como la parábola del Buen Samaritano, en donde veremos de estar involucrado o comprometido. Es con esta parábola que puedo decir que el mejor trabajador social que he conocido se llama Jesús de Nazaret, a través de sus enseñanzas, ejemplo e impacto social nos ha dejado las claves para ayudar a nuestro prójimo:
– Hay muchos heridos que han caído en manos de ladrones, que han sido despojados, golpeados y abandonados, alrededor nuestro.
– Su condición es que “están medio muertos”, y esto es importante saberlo porque significa que no tienen capacidad de reacción.
– También hay muchos más indiferentes que gente comprometida, ellos solo se involucran, pero quien quiera hacer algo por ellos tendrá que parar de su camino, detenerse de sus actividades, prestar atención, estar dispuesto a “invertir su tiempo” y aún su dinero.
Comprometerse va más allá de una simple intención o sentimiento, es un compromiso firme con quien está derribado porque ha sido alcanzado por el mal.
Los pasos para ser efectivos en esta atención son:
- Nos tiene que afectar el estado de esa persona, a tal punto que quedemos ligados a la situación, el samaritano se “compadeció del herido”.
- Tienes que acercarte a su dolor, tanto hasta que puedas sentirlo y la persona pueda sentirse cerca.
- Presta atención a sus heridas, no a sus reacciones o palabras, mira más allá de lo que ven los ojos, mira con el corazón e intenta hacer lectura de lo que realmente le pasa.
- Venda esas heridas, no las subestimes, todo lo contrario, ayuda a la persona a encontrar la paz, ten en cuenta que esto es un proceso, donde muchas veces se retrocede para luego volver a avanzar.
- Involucra a otros en el cuidado, ya sea profesionales o gente capacitada, pero supervisa la recuperación. Serás referente de aquí en adelante para esa persona, un simple gesto que diga “estás en mi corazón” le dará la seguridad que puede contar contigo, aunque ahora no estés cerca.
El buen samaritano luego de realizarle los primeros auxilios, llevó al herido a un lugar donde lo cuidaron por él, comprometiéndose a no abandonarlo, pagando los gastos que el mismo ocasionaba. Algunos de los dolores más intensos que puede atravesar una persona son : la violencia, el maltrato y abuso, el abandono.
¿Cuál es el peor enemigo ante ellos? Como nos enseña Jesús: LA INDIFERENCIA.
Para ello tendrás que atravesar las barreras más poderosas que te alejan de la gente y son: LOS PREJUICIOS, que es un juicio a priori, una imagen mental que tenemos de las personas o situaciones. La mejor manera de ayudar es con empatía, es decir, del MISMO LADO, tenemos que movilizarnos de dónde estamos e intentar ver con sus ojos y sentir con su corazón. El engaño más poderoso que impera en este tiempo es: EL DESCONOCIMIENTO DE LA REALIDAD, nos mentimos a nosotros mismos diciendo que todo está bien, sin embargo, hay mucho dolor a nuestro alrededor. La forma más efectiva de sanar el corazón de otros es como lo hizo Jesús, LA ENTREGA DE UN TRANSFORMADOR, él dio todo por nosotros. La clave para el acercamiento es ESCUCHAR EL SUFRIMIENTO, y acompañar con COMPRENSIÓN no con JUICIO. El resultado de esta ayuda será LIBERTAD Y FELICIDAD.
Extracto recuperado https://es-la.facebook.com/silviadeserantes/posts/2727270850895675