Testimonio de Elvio Canavesio: La visitación del Espíritu Santo en el Seminario Bíblico de City Bell

Mi mente puede ir años atrás y recordar que a los inicios de mis veinte, en el año 1950, hace 65 años atrás, era joven y nuevo, y sin saberlo, en ese tiempo la iglesia era muy pequeña. Todo era seco, vivíamos como en un desierto espiritual, y recuerdo que era uno de los veinte estudiantes en la escuela bíblica y de repente me vi atrapado en un encuentro con algo increíble, no común en este mundo.

                Un día la gloria de Dios descendió sobre la escuela. Honesta y sinceramente les digo que nos mantuvimos un mes y medio dentro de la escuela, no más clases, no más libros, simplemente nuestro tiempo era estar de rodillas.

De vez en cuando nos alimentábamos para mantener nuestro cuerpo y alma, y dormíamos por un par de horas pero nos mantuvimos por un mes y medio  viviendo con esa gloria de Dios.

                Un día el poder de Dios me tocó y recuerdo haber quedado tirado detrás de mi cama, se lo podrán imaginar. Después de eso Dios me habló mencionando mi nombre y yo estaba completamente quebrantado delante de Él. Me dijo: “Te tomaré hijo y te llevaré alrededor del mundo para que proclames mi nombre y para que proclames salvación a los perdidos de este mundo, te sacaré de este país”.

                Dios me llevaría a 43 países alrededor del mundo. Recuerdo que nos levantamos para estar delante de Dios y vivir con Él mucho antes de que el amanecer llegara. Recuerdo también que cada vez que íbamos a algún culto, o cada vez que íbamos a iniciar un culto con mi esposa, en el momento en el que nosotros entrabamos al lobby de la iglesia o a la entrada del lugar me movía como el viento por el Espíritu Santo. Me empezaba a mover en ese lugar y de repente podíamos ver que las almas se salvaban, los demonios eran echados fuera, la gente se sanaba, las personas se santificaban, y todo lo que nosotros hicimos era como aprender a andar como en un barco guiado por Él, moviéndonos como el Señor se quisiera mover”.

Las profecías acerca de Argentina y de la obra de Dios en el mundo entero fueron parte integral de aquella visitación. En un tiempo en que una iglesia evangélica grande contaba con seis u ocho miembros, el Señor les declaró que los estadios se llenarían de personas buscando a Dios. Pese al rechazo y las burlas que recibieron de muchos hermanos de las iglesias en muy poco tiempo se llenaron estadios con el poder de Dios durante la campaña con Tommy Hicks.

Estudiantes del IBRP han participado de las olas de avivamiento que hemos vivido en Argentina desde aquella década tan importante. Fueron todas las noches a la Campaña de Carlos Annacondia en City Bell y en

La Plata en 1984. Fueron estudiantes del Instituto que comenzaron con la nomenclatura “camillero” para los ujieres y “carpa de terapia” para el lugar apartado de la vista de todos donde se oraba por liberación.

En la década del 90 recibían mucho de Dios mediante Claudio Freidzon, Osvaldo Carníval, Hugo Weiss y otros. El Señor utilizaba también a los estudiantes en sus respectivas iglesias y a lo largo de estos años hemos visto señales sorprendentes del poder de Dios.

En la actualidad hay un mover de Dios amplio que se despliega en las plazas, en los trenes, en los colectivos, aun en las entradas de los shoppings… entregas al Señor con lágrimas, sanidades, llenura del Espíritu Santo. Los estudiantes salen constantemente a evangelizar, en grupos hasta de60 o más, en su tiempo libre. La trayectoria de carga por los perdidos que siempre ha sido parte del ADN del Instituto continúa hasta el día de hoy.

*Extracto del Libro “El Legado”. Si desea adquirirlo comuníquese con las oficinas de la UAD.