Por Juan Carlos Melo
¿Cuál es la importancia del liderazgo en la multiplicación de iglesias?
El liderazgo es vital para iniciar procesos de multiplicación de iglesias, de hecho diría que es la clave de la multiplicación. Si los responsables directos de la iglesia local, y también denominacional, no tienen un compromiso claro con la plantación de iglesias el efecto inmediato será la NO multiplicación; de allí que siempre se sugiere que todo proceso para crear movimientos de plantación de iglesia empiece con la sensibilización y concienciación de los pastores de la iglesia local dentro de un contexto de la denominación, o de la ciudad, o de cualquier estructura macro.
Crear movimientos de plantación sin el compromiso de los pastores de la iglesia local es prácticamente imposible, pero si se puede crear programas de plantación ignorando los pastores de las iglesias, de hecho existen más de un programa de plantación de iglesias que no incluye ni involucra intencionalmente a los pastores excepto porque en algún momento dieron su autorización para que algunos de sus líderes de la congregación participen en algún proceso de plantar iglesias.
Es poco saludable que los plantadores que están cubiertos por su denominación o fraternidad se queden desconectados de quienes fueron sus disipuladores o mentores en la vida cristiana. El mentor natural de un plantador de iglesias es el pastor de su iglesia madre y esto no debe ser ignorado.
Cuando se pasa por alto a los pastores de las iglesias locales para atraer líderes de esas congregaciones sin el mentoreo de sus pastores, se produce un conflicto ministerial entre el pastor y ese plantador a tal punto que los pastores en muchas ocasiones han etiquetado a sus siervos, ahora plantadores, como traidores o divisionista y han hecho del proceso de la plantación de la nueva obra un proceso abortivo cuando lo natural y saludable es que la iglesia madre sea amorosa dentro del contexto adecuado para que una nueva obra surja de manera saludable, junto con el mentoreo de un ministro con más experiencia que ayude y guíe a aquel que está plantando la nueva obra; así que el involucramiento de los pastores es fundamental.
También el involucramiento y el compromiso de los líderes de fraternidades o denominaciones es prioritario, de hecho no existe mejor posición dentro de la estructura de la iglesia evangélica como la conocemos actualmente en América Latina que ser parte del liderazgo de una macro estructura o estructura denominacional que tiene influencia y supervisión sobre un conjunto de iglesias en una región, ciudad, país o en el continente, ya que su posición de liderazgo les permite empoderar procesos de manera saludable que multipliquen iglesias conscientemente, sostenidamente y de una manera permanente dentro de su contexto de influencia.
Por ejemplo el líder regional de una denominación con influencia sobre 100 congregaciones y decide establece un proceso intencional de plantación de iglesias tiene un grado de influenza superior al que posee el pastor de una iglesia local, y si este líder denominacional tiene mayor influencia, entonces mayor será la posibilidad de impacto tanto en volumen de iglesias multiplicadas como en el convertir a una IGLESIA EXISTENTE en IGLESIA MADRE que multiplica generaciones de nuevas obras tanto local como regional.
Debe existir paternidad en los procesos del nacimiento de nuevas obras así como en los procesos del nacimiento de nuevos obreros, y ahí es clave la denominación, la pastoral y son clave las iglesias madres.