El llamado Macedónico

En 1952, en la ciudad de Tallahassee, Florida, un evangelista llamado Tommy Hicks estaba dirigiendo una serie de cultos, cuando el Señor le dio una visión. Mientras estaba orando, vio con toda claridad un mapa de América del Sur que estaba cubierto por un extenso campo de trigo amarillo, con los tallos inclinados y listos para la cosecha. Mientras Hicks contemplaba aquel hermoso cuadro de trigales que se mecían bajo el sol del mediodía, los tallos de trigo comenzaron a convertirse repentinamente en cuerpos humanos, hombres y mujeres con las manos en alto, que clamaban:

¡Venga, Hno. Hicks! ¡Venga a ayudarnos!

Hicks consideró que su visión era del tipo macedónico. Desde ese momento estuvo convencido de que Dios le tenía reservada alguna tarea especial en América del Sur. ¿Por qué en América del Sur? No tenía ningún conocimiento sobre esa región del mundo; pero tampoco tenía ninguna duda respecto al mapa que había visto.

Luego, mientras seguía orando, Dios le dio una profecía que escribió en la Biblia: “Porque no caerán dos nevadas sobre la tierra antes de que vayas a ese país, porque no irás por el mar ni por tierra, sino que volarás como un pájaro”. Esa visión se confirmó tres meses después, en Red Bluff, California.

En el hogar de un pastor, después de una campaña evangelística que dio muy buenos resultados, la esposa del pastor, mientras les dirigía en oración, alargó su mano hacia Hicks y repitió las mismas palabras de su profecía.

Hicks no le había confiado a nadie su visión ni la profecía que había recibido; pero cuando le mostró a aquella señora lo que había escrito en su Biblia, los ojos de ella se llenaron de lágrimas. Tan pronto como le fue posible, Tommy Hicks pagó todas sus deudas e hizo los preparativos necesarios para viajar a una región desconocida. Tenía muy poco dinero; pero de repente comenzó a recibir una cantidad extraordinaria de correspondencia, gran parte de la cual contenía contribuciones espontáneas. En un período de diez días tuvo lo suficiente para comprar un boleto de ida a Buenos Aires, Argentina, y le quedaron 47 dólares. Demos Shakarián, empresario y fundador de Hombres de Negocios del Evangelio Completo, lo apoyó económicamente.

En la última parte del viaje, después de tener varias reuniones evangelísticas en Temuco, Chile, el nombre de Perón comenzó a acudir a la mente de Hicks. No tenía ni la menor idea de lo que significaba la palabra “Perón”; pero tenía el convencimiento profundo de que Dios le estaba hablando. Entonces llamó a la azafata y le preguntó: “¿Conoce usted a alguien por aquí que se llame Perón?”. La joven pareció sorprenderse mucho y le dijo: “Sí. El señor Perón es el presidente de Argentina”. El mandato quedó claro para Hicks. Dios quería que hablara con el Presidente de la nación.

 

*Extracto del Libro “El Legado”. Si desea adquirirlo comuníquese con las oficinas de la UAD.

Testimonio de Elvio Canavesio: La visitación del Espíritu Santo en el Seminario Bíblico de City Bell

Mi mente puede ir años atrás y recordar que a los inicios de mis veinte, en el año 1950, hace 65 años atrás, era joven y nuevo, y sin saberlo, en ese tiempo la iglesia era muy pequeña. Todo era seco, vivíamos como en un desierto espiritual, y recuerdo que era uno de los veinte estudiantes en la escuela bíblica y de repente me vi atrapado en un encuentro con algo increíble, no común en este mundo.

                Un día la gloria de Dios descendió sobre la escuela. Honesta y sinceramente les digo que nos mantuvimos un mes y medio dentro de la escuela, no más clases, no más libros, simplemente nuestro tiempo era estar de rodillas.

De vez en cuando nos alimentábamos para mantener nuestro cuerpo y alma, y dormíamos por un par de horas pero nos mantuvimos por un mes y medio  viviendo con esa gloria de Dios.

                Un día el poder de Dios me tocó y recuerdo haber quedado tirado detrás de mi cama, se lo podrán imaginar. Después de eso Dios me habló mencionando mi nombre y yo estaba completamente quebrantado delante de Él. Me dijo: “Te tomaré hijo y te llevaré alrededor del mundo para que proclames mi nombre y para que proclames salvación a los perdidos de este mundo, te sacaré de este país”.

                Dios me llevaría a 43 países alrededor del mundo. Recuerdo que nos levantamos para estar delante de Dios y vivir con Él mucho antes de que el amanecer llegara. Recuerdo también que cada vez que íbamos a algún culto, o cada vez que íbamos a iniciar un culto con mi esposa, en el momento en el que nosotros entrabamos al lobby de la iglesia o a la entrada del lugar me movía como el viento por el Espíritu Santo. Me empezaba a mover en ese lugar y de repente podíamos ver que las almas se salvaban, los demonios eran echados fuera, la gente se sanaba, las personas se santificaban, y todo lo que nosotros hicimos era como aprender a andar como en un barco guiado por Él, moviéndonos como el Señor se quisiera mover”.

Las profecías acerca de Argentina y de la obra de Dios en el mundo entero fueron parte integral de aquella visitación. En un tiempo en que una iglesia evangélica grande contaba con seis u ocho miembros, el Señor les declaró que los estadios se llenarían de personas buscando a Dios. Pese al rechazo y las burlas que recibieron de muchos hermanos de las iglesias en muy poco tiempo se llenaron estadios con el poder de Dios durante la campaña con Tommy Hicks.

Estudiantes del IBRP han participado de las olas de avivamiento que hemos vivido en Argentina desde aquella década tan importante. Fueron todas las noches a la Campaña de Carlos Annacondia en City Bell y en

La Plata en 1984. Fueron estudiantes del Instituto que comenzaron con la nomenclatura “camillero” para los ujieres y “carpa de terapia” para el lugar apartado de la vista de todos donde se oraba por liberación.

En la década del 90 recibían mucho de Dios mediante Claudio Freidzon, Osvaldo Carníval, Hugo Weiss y otros. El Señor utilizaba también a los estudiantes en sus respectivas iglesias y a lo largo de estos años hemos visto señales sorprendentes del poder de Dios.

En la actualidad hay un mover de Dios amplio que se despliega en las plazas, en los trenes, en los colectivos, aun en las entradas de los shoppings… entregas al Señor con lágrimas, sanidades, llenura del Espíritu Santo. Los estudiantes salen constantemente a evangelizar, en grupos hasta de60 o más, en su tiempo libre. La trayectoria de carga por los perdidos que siempre ha sido parte del ADN del Instituto continúa hasta el día de hoy.

*Extracto del Libro “El Legado”. Si desea adquirirlo comuníquese con las oficinas de la UAD.

El Brujo de la tribu es visitado en sueños

NUESTRA HISTORIA

Una historia a destacar aconteció cuando el misionero Berger se dirigió a la zona del Río Bermejo, en el distrito Rivadavia, Salta, con el deseo de llevar el evangelio a una nueva tribu que nunca había oído la Palabra de Dios. Allí se encontró con una gran sorpresa porque lo recibió el “médico” brujo de la tribu quien le contó el sueño que había tenido la noche anterior.

Había soñado que sobre un caballo blanco venía montado un hombre. La sorpresa fue que a la mañana siguiente lo vio llegar al misionero Berger Johnsen en un caballo blanco, el mismo que usaba para evangelizar, y era tal cual lo había visto en sus sueños. Una voz le dijo en el sueño: “Ese hombre les va a decir la verdad de todo lo que necesitan”. Entonces inmediatamente juntó a toda la tribu ante el misionero Johnsen para que les predicara el evangelio y fue un día de gran salvación.

 

*Extracto del Libro “El Legado”. Si desea adquirirlo comuníquese con las oficinas de la UAD.

PABLO BESSON, PRIMER DEFENSOR DE LOS DERECHOS EVANGÉLICOS EN ARGENTINA

Pablo Besson nació en Nod, cantón de Berna, cerca de Neuchatel, Suiza, en el año 1848. Hijo de un predicador de la Iglesia Reformada y madre de origen valdense, que iba a ejercer mucha influencia sobre él, mediante el relato de la historia de sus antepasados, los valdenses, describiéndole las escenas de fe, de heroísmo y de fidelidad de aquellos creyentes. “Piedad, estudio, ejercicio y trabajo se unieron en su primera educación para dar como resultante un carácter enérgico y un espíritu libre” (S. Canclini).

Se encaminó por la senda que sus padres le marcaron, de tal manera que entrado en la adultez, el propio Basson se convirtió en un bien capacitado Pastor Bautista. Estudió en la Facultad de Teología de la Universidad de Neuchatel (1868), con profesores como Federico Godet (1812-1900), entre otros. En Alemania estudió con el sabio Lobegott Friedrich Constantin Tischendorf (1815-74) de Leipzig. De él recibió su pasión por la crítica bíblica. Sin embargo el gran acontecimiento en su vida espiritual vino mediante Christoph Ernst Luthardt (1823-1902), que le mostró directamente el camino de la salvación por pura gracia mediante la fe.

Arrepentido, aceptó a Cristo en su corazón y por primera vez en su vida se sintió realmente cristiano, regenerado por el Espíritu de Dios, confiado sólo en los méritos de Cristo. De regreso de Leipzig volvió a estudiar en la Universidad de Basilea, para terminar su licenciatura en teología.

El 12 de octubre de 1870 fue ordenado al ministerio de la Iglesia Reformada. Fue pastor suplente en varios lugares, hasta que en 1871, junto a otros 22 pastores, cinco asistentes ministeriales y tres profesores de teología, renunciaron a la Iglesia oficial y fundaron una Iglesia independiente de las injerencias del Estado.

Invitado por los pastores franceses A. Duchemin y Leopoldo Monod, marchó a Francia como evangelista, en la ciudad de Lyon. Allí entró en contacto con una pequeña congregación bautista, que le llevó a confrontar y estudiar las diferencias sobre el tema del bautismo de niños, como creía su Iglesia, o de adultos sobre la base de la fe personal. Convencido de este último punto, renunció al Consejo de su Iglesia y fue bautizado por inmersión, para gran sorpresa de sus conocidos, amigos y familiares.

Un tiempo después la Misión Bautista de Boston (USA), aceptó sus servicios en calidad de evangelista en la región norte de Francia, a la que dedicó seis años de duro trabajo.

En 1881 un grupo de creyentes bautistas suizo-franceses le solicitó ayuda para la Obra en una lejana tierra al Sur de América. Pablo Besson llegó a Argentina en 1881 invitado por una pequeña colonia agrícola de bautistas franceses en Esperanza, provincia de Santa Fe.

Un lingüista competente y un bautista ferviente cuyas convicciones nacieron del estudio de las Sagradas Escrituras, Besson se trasladó a Buenos Aires. Allí organizó la primera iglesia bautista argentina de habla hispana. Esto fue un cambio radical con la tradición, dado que las pocas congregaciones evangélicas hasta entonces eran disponibles solamente para grupos de lengua extranjera.

Besson comenzó una lucha por la libertad religiosa (culto, matrimonio civil, entierro oficial para los no católicos, educación, etc.) y su fluida pluma y su mente aguda pronto encontraron eco en el espíritu liberal de la nueva Argentina.

A los 57 años de edad, en octubre de 1905, contrajo matrimonio con Margarita Mealley, viuda del pastor bautista inglés Jorge Graham. En marzo de 1927, a los 79 años de edad, renunció a su cargo pastoral, por causa de su salud. Bien amado por todo el movimiento protestante argentino murió el 30 de diciembre de 1932.

Erudito, amante de los libros, escribió importantes ensayos de historia y apologética. Pero es más conocido por su perdurable traducción del Nuevo Testamento, la primera de toda Latinoamérica, hecha del griego al castellano.

 

Referencia: http://www.oramos.com.ar/noticias/info/pablo-besson-primer-defensor-de-los-derechos-evangelicos-en-argentina

Allen Gardiner: un ministerio en la voluntad divina

Por Nicolás Marcón

Este itinerario podría corresponder a una actualizada agenda ministerial de un evangelista, misionero o conferencista internacional con la finalidad de cumplir con las iglesias que lo han invitado; arriba de un aeropuerto a otro y que, por razones de tiempo, no puede quedarse demasiado en los distintos lugares: Inglaterra, Durban (Sudáfrica), ciudad de El Cabo, Río de Janeiro, Montevideo, Buenos Aires, Mendoza, Santiago de Chile, Región del río Bío Bío, Los Ángeles, Chile, Concepción, Ranco,  Osorno, Valparaíso, Sydney, Nueva Guinea, Valparaíso, Chiloé, Ancud, Valparaíso, Malvinas, Isla de los Estados, Montevideo, Córdoba,  Santiago del Estero, Tucumán, Río Pilcomayo,  Cobija, Panamá,  Escocia, Isla Picton; Perú, Inglaterra. Todos estos lugares visitados una y otra vez para finalizar el viaje en Tierra del Fuego.

Este fue el recorrido aproximado que realizara Allen Francis Gardener quien nació en Inglaterra el 28 de Junio de 1794 bajo la formación de su familia anglicana. En sus primeros años de juventud, después de pasar dos años por el Colegio Naval, comenzó con la navegación para ascender en su carrera militar y ser reconocido como comandante de la armada real británica.

Allen Gardiner

Gardiner habría tenido una fuerte experiencia espiritual a bordo del Dauntless, navío en que él sirvió hasta 1822, al conocer diversos pueblos aborígenes en las nuevas tierras, de religiones y creencias muy diferentes a la fe cristiana que él guardaba. Dicha situación lo impulsó a requerir órdenes sagradas al Obispo anglicano de Gloucester para predicar el evangelio. Desde entonces comenzó con la elaboración de diversos escritos diarios y meditaciones devocionales los días domingo.

En el año 1834 su esposa, Susana Reade, con quien habían tenido cinco hijos, a raíz de una grave enfermedad y tras el esfuerzo de cambiar de residencia con la esperanza de que su salud mejorara falleció; este acontecimiento lo convenció definitivamente de su tarea como pionero de la obra misionera. En aquel mismo año, a los cuarenta años de edad, renunció a su función de comandante de la Marina inglesa para llevar las nuevas de salvación a los pueblos aborígenes que había conocido en sus viajes.

Sus primeros intentos misioneros lo llevaron al África. Para entonces había contraído matrimonio con Elizabeth Marsh, pero la intrincada situación política tribal desencadenó la guerra entre zulúes y boers. Por lo tanto, Gardiner debió cambiar el curso de su destino hacia América del Sur, pasando por Río de Janeiro, Buenos Aires, Mendoza, y cuando las condiciones climáticas lo permitieron, Chile, cruzando la cordillera de Los Andes con el propósito de llegar a las tierras araucanas de aquel país austral. Sin embargo la mala experiencia con el huinca (hombre blanco para los mapuches) cerró su aceptación entre los araucanos y la imposibilidad de encontrar intérpretes obligaron a Gardiner volver a Inglaterra.

La Sociedad Misionera de su iglesia que había financiado el viaje de Allen Gardiner interpretó la expedición como un rotundo fracaso del misionero y decidieron levantarle los fondos. La desalentadora noticia motivó a Gardiner a buscar por sus propios medios los recursos necesarios y seguir en su cometido. En compañía de Federico González, en 1845 emprendió su retorno a Sudamérica con el propósito de alcanzar el chaco boliviano y, aunque tuvo dificultades por las revueltas internas de la política argentina de la época, se las arreglaron para llegar.

Sustentados por la aprobación del procónsul boliviano lograron establecerse y ver en muy poco tiempo el satisfactorio resultado de su trabajo; sin embargo la inestabilidad del gobierno produjo algunos cambios que los obligó, por las influencias de los sacerdotes en el poder, a buscar otros horizontes libres de los dominios papales

Una vez más desde Inglaterra logró reorganizar un nuevo emprendimiento, esta vez hacia la patagonia argentina y Tierra del Fuego como la meta final de su ideal misionero. Con algunos marinos y un carpintero naval iniciaron otro nuevo viaje exploratorio hacia el sur argentino a comienzos del año 1848. Sin embargo, ni bien hicieron puerto en la isla de Los Estados, Gardiner reconoció que ante los embates climáticos y la hostilidad de los aborígenes de la zona, la envergadura de su proyecto debía superar las provisiones para seis meses que llevaban y el tipo de embarcación con que contaban. para ello organizar una “misión flotante” para recorrer las islas del Atlántico Sur.

De nuevo en Inglaterra presentó una solicitud de apoyo a dos sociedades misioneras, las que respondieron en forma negativa. El apoyo de un nuevo amigo, el Rev. Despard animó a Gardiner, y si bien los fondos se recaudaron lentamente, se procuró disminuir los gastos. Finalmente en 1850 la expedición partió a cargo de Gardiner en compañía de Richard Williams (cirujano inglés), John Maidment, John Pearse, John Bryant, John Badcock y Joseph Edwin, el carpintero naval.

El barco que los llevaba, el Ocean Queen, los dejó en la isla Picton a principios de diciembre y allí quedaron estos siete misioneros con solo dos lanchones cargados de provisiones, dispuestos para no volver a ver a otros compatriotas ingleses por seis meses, cuando se les traerían nuevas provisiones.

Solos en tierras desconocidas y rodeados de un mundo hostil que no comprendía tan loable misión, debieron escapar una y otras vez de isla en isla, viéndose perseguidos, perdidos en el mar a remo sin destino, saqueados y amenazados por los mismos a quienes deseaban predicarles del Salvador. Con mensajes en botellas enterradas e inscripciones en grandes piedras, de lugar en lugar dejaban sus rastros de esperanza ante la posible llegada de ayuda.

Aquel invierno de 1851 completaría las calamidades de los sufrientes misioneros que habían quedado sin alimentos. Uno a uno los compañeros de la travesía de amor fueron muriendo entre el hambre, el frío y las enfermedades; primero fue Badcock, un mes y medio después Erwin el carpintero, luego Bryant y Pearse.

El 29 de Agosto de aquel, su último año, Gardiner escribía su testamento “Si me fuera concedido un deseo para el bien de mis prójimos sería que el de la misión de Tierra del Fuego fuera proseguida con vigor… Pero el Señor dirigirá y lo hará todo porque el tiempo y las razones son suyos y los corazones están en sus manos…”

Williams y Gardiner fueron los últimos en despedirse de la vida ya inmovilizados. El 6 de septiembre, como todo gran capitán, Gardiner fue el último en abandonar la nave de la vida y se entregaba en las manos de Dios, aferrado a su último suspiro; dejaría registrado en las páginas de la historia el epílogo de su vida: “Por la gracia (del Señor) podremos reunirnos a aquella bendita muchedumbre a cantar alabanzas a Cristo por la eternidad.  No tengo hambre ni sed, a pesar de cinco días sin comer: maravillosa gracia de amor, a mí, pecador…”.  Al fin, en octubre llegó el barco “John Davinson” con la ayuda prometida, pero era muy tarde. Gardiner y todos sus compañeros habían muerto de hambre y frío.

Como animarnos ante conmovedora historia de vida y consagración a concluir en que aquellas vidas fueron derramadas en vano porque terminaron de tal forma o porque no se vieron los resultados esperados. Que diríamos entonces de aquellos testigos de la fe de Hebreos 11 que murieron en las peores condiciones; pero pasaron a la memoria inspirada por la fe que guardaron hasta el final.

No se trata de apretadas agendas ministeriales ni de ver resultados instantáneos. ¿Acaso no es a lo que Dios nos ha llamado, a guardar la fe y cuando nos referimos a tal declaración no decimos caminar en la voluntad de Dios aunque sea incomprensible en nuestros días y se constituya en una lección de vida para las postreras generaciones?

La expedición del Comandante Allen Francis Gardiner a Tierra del Fuego despertó el corazón de muchos de sus contemporáneos que descubrieron la necesidad de un mundo distinto. Si muchos Gardiner hubiesen escuchado el latir de Dios por los pueblos “del nuevo mundo” ¿no sería otra la historia que conocemos como colonización?

 

Referencia: http://conozca.org/?p=200

NIELS SÖRENSEN

Dinamarca atravesó una gran crisis a final del siglo 20. Era en su mayoría una tierra de agricultura, pero la vida de los granjeros era ruda. Un joven llamado Niels, araba día tras día a pesar del riguroso clima frío.  Sus padres se separaron cuando tenía 3 años de edad. Su padre se fue a América, abandonando todo para perseguir una nueva vida. El alcoholismo trajo desgracia a la familia. Muchas veces su padre trató de dejar este vicio, pero recaía. Nunca nadie volvió a escuchar de él y probablemente haya tenido un final triste. La madre y los niños estuvieron en miseria total. Debido a su enfermedad, llegó el punto donde tuvo que dar en adopción a sus hijos. En vez de ayudar a la familia, los vecinos aprovecharon para explotar y abusar de ellos.

Niels trabajaba desde el amanecer hasta el anochecer, su cansancio marcaba el final de la jornada. El fuerte peso del arado le dejó a Niels una joroba. En su adolescencia, soñaba con deshacerse de este mal para sentirse libre. En un año, sufrió 3 accidentes graves en el campo que lo hicieron reflexionar acerca de su condición y se preguntó, qué sería de su vida más allá de la muerte. Su madre siempre la había hablado de Cristo y la necesidad de la salvación pero las malas compañías siempre lo mantenían atado a su estilo de vida pecaminosa y nunca tuvo nada que ver con la religión.

Una noche de invierno, preocupado porque pudo haber muerto sin Cristo, tuvo un sueño en el que se le aparecía Satanás y le decía: “tú vas a hacer mi voluntad” pero Niel en su sueño gritó: “¡Nunca!” mientras se disponían a pelear en una lucha cuerpo a cuerpo. Niels podía sentir la respiración de Satanás en su cara, en la lucha, el diablo lo arrastró a un abismo en el que vio el infierno. Luego de esto, despertó bañado en sudor y allí, recibió a Cristo como su Salvador. La noche siguiente, asistió a una reunión cristiana.  Regresando luego a la granja, una noche de luna llena, con nieve a su paso, su corazón deseaba un encuentro con Dios y estar en paz con él. En medio de la solicitud, sin más nadie al rededor, el dedicó su vida al Señor. Su transformación fue radical. Habló a todo el mundo acerca de su experiencia. Pronto, hubo un avivamiento en su pueblo. Era apenas el comienzo de todo lo que vendría a continuación.

Luego de un par de años de dar testimonio y crecer, el joven Niels sintió que algo diferente estaba por venir, mientras limpiaba las cuchillas, un vecino se acercó a él y le preguntó si quería ir a América, Niels le contestó: “por supuesto, lo haría si tuviese el dinero”. El vecino le ofreció trabajar en su granja en América, pensando en que podría mejorar su situación económica. Su jefe lo invitó a una reunión cristiana y allí, sintió la presencia de Dios. Niels nunca imaginó cuánto cambiaría su vida. Desde aquella noche comenzaría una nueva historia, una nueva vida para él. Fue bautizado en agua y el Espíritu Santo y Dios lo llamo para dedicarse a las misiones.

Durante una noche de oración, mientras oraba por India, tiene una visión de un mapa largo, mostrándole donde él estaba viviendo en América. Había una línea dibujada que comenzaba en Brasil y terminaba en Argentina.  Una voz audible le dijo: “quiero que vayas a este lugar”. Niels, sin ningún tipo de duda, respondió: “lo haré, Señor”.

En 1912, solo, sin ningún tipo de ayuda, sin conocer a nadie, navegó hasta Argentina cuando solo tenía 23 años de edad. En tan solo 3 años, Dios cambió su vida, desde ser un chico que tan solo quería escapar de la pobreza, a un servidor que afectaba las naciones. Se convirtió en el fundador de muchas iglesias.

LOS COMIENZOS DEL IBRP

El propulsor y fundador del Instituto Bíblico Río de la Plata fue el Hermano Kermit Jeffrey en el año 1948.  Realmente fue una viva demostración de fe y coraje de parte este siervo del Señor y sus colaboradores.  Fueron doce estudiantes ese primer año. Todo comenzó en una pequeña casa en la calle Teodoro García del barrio de Colegiales en la Capital Federal, Teodoro García 3238.  Empezaron con doce estudiantes.  Al año siguiente se trasladaron a City Bell a una propiedad adquirida por la UAD.  En dicho lugar funcionó el Instituto hasta el año 1954, cuando volvió nuevamente a Colegiales.

Fue el Hno. Ernesto Kerr que sintió la carga para comprar una nueva propiedad para el Instituto. Guiado por el Señor, encontró una hermosa casona en Lomas de Zamora, construida en 1917.   Esta antigua mansión fue réplica de una construcción similar en Austria.  Se dice que fue utilizada por la embajada de Alemania como residencia durante la Segunda Guerra Mundial. La compra incluía seis terrenos y la entrada por Sarmiento 985.  Ese ejemplo de fe y arrojo fue emulado por el liderazgo del Instituto en años posteriores para dar lugar al crecimiento de la institución que vendría con ola tras ola del mover de Dios y de avivamiento.