Se nos acaba al complejo 2020

Autor: Comisión Directiva Nacional

Muy maravilloso día, amados de la UAD.

Se nos acaba el complejo 2020, año que anhelábamos con perspectivas sociales y personales, pero donde Dios demostró que él tenía otras más excelentes e inentendibles para nosotros.

Es claro que no fue lo esperado, y que en él hubo mucho dolor.

Esto me ha permitido ver el desagrado social a muchos hechos acontecidos en este tiempo, pero a pesar de ello, de mi desconformidad por lo pasado, puedo levantar la bandera que declara que nuestro REDENTOR Vive (Job.19.25), que no duerme, ni descansa por amor a sus amados, y que sus obras siempre nos ayudan a bien (Ro.8.28).

Quiero dejarles seguidamente, la carta de gratitud de ACIERA, a la cual estamos adheridos y nos representa a muchos:

Buenos Aires, 30 de diciembre 2020 — La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), lamenta enormemente la decisión que tomaron las dos Honorables Cámaras de Diputados y Senadores de la Nación. Este tiempo de discusión sobre el poder de unos sobre las vidas de otros, ha mostrado una vez más el inmenso egoísmo del ser humano frente a otro ser humano desvalido, inocente y vulnerable. Sin lugar a dudas, hoy la Argentina retrocedió siglos de civilización y respeto al derecho supremo de la vida.

Vivimos la sensación contundente de que la Mayoría Celeste no fue escuchada, mucho menos tenida en cuenta. Sin embargo, esa inmensa masa de personas que van por las dos vidas no claudica, sigue en pié, porque nuestras convicciones no cambian.

Reconocemos el gran esfuerzo de cientos de miles de personas que se expresaron a lo largo y ancho del país, como una sola voz, bajo la defensa del derecho supremo a la vida. El compromiso de movilizarse pese a ser un tiempo de pandemia mundial, y la inoportunidad que esto representa al tratar un tema tan extremo como exterminar la vida de un ser humano en formación. Lo que pone bien en alto la convicción de defender las dos vidas. Desde ACIERA no tenemos otras palabras que agradecimiento por la respuesta, por el amor, por manifestar en paz y con respeto, salvo aisladas agresividades que no avalamos. Las familias enteras dieron una vez más un mensaje pacifico de amor al prójimo. Porque la verdadera religión, como dice la Palabra de Dios es atender a las viudas y los huérfanos, como también a los pobres, a los más vulnerables y a las personas por nacer que no son bienvenidos por sus progenitores.

Seguiremos en el compromiso de atender a las mujeres más vulnerables, que lleguen a la decisión de abortar a sus hijos. Las acompañaremos y también trataremos de que no tomen una decisión tan drástica. Respetaremos las leyes, como siempre lo hacemos. Pero seguiremos dando amor sin pedir nada a cambio, porque esa es nuestra esencia.

Hoy no es un día feliz. Pero también hemos ganado. En esta lucha, hubo un verdadero avance celeste. Una muestra de compatriotas dispuestos a expresar y luchar por sus convicciones. Quizás hoy tengamos un sabor amargo en nuestras bocas, pero las mismas bocas no callarán jamás cuando deban defender, cobijar, cuidar, amar, restituir, acompañar y sanar a quienes se arrepientan o no, de sus malas decisiones.

ACIERA agradece a los ciudadanos que, con esperanza, lealtad y convicción dieron, a mano partida, batalla por la VIDA.

Sin más, nos ponemos de pie para recibir el 2021, volviendo a creer que nuestro Dios hará lo bueno para los suyos, entendiendo que es el arquitecto, diseñador de la gran obra eterna; por esto, aunque incomprensiblemente cerremos algunos sucesos de este 2020, declaramos aún sus promesas, entre ellas: “Yo estoy contigo; te protegeré por dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido».”

Con todo afecto, el CDN.

Venga tu Reino

Autor: Enrique Strohschein

“Venga tu Reino.”  Jesucristo pronunció esta contundente frase en el sabido “Padrenuestro”. En medio de una cita de grandes verdades, el llamó a su Padre invitando a que se establezca el gobierno de Dios en… ¿En dónde? ¿Era en la tierra, donde imperaba Herodes en el reino conocido más famoso del momento? ¿O era en el mundo entero donde no se sabía siquiera donde terminaba todo? ¿O era en el corazón de cada uno de sus seguidores? El clamor de “VENGA TU REINO se refería más a un pedido particular que general. Por eso podemos afirmar que la última opción era la que el Señor estaba eligiendo, pues él se estaba refiriendo a sus seguidores o discípulos.

El gobierno de Dios también hoy, llama al corazón de cada uno que personalmente le ofrece al Señor una morada donde posar y una vida a utilizar. Es aprender a seguirle y obedecerle sin reservas ni objeciones. Este gobierno Divino llevará al cristiano a experimentar la gloria de Dios en cada paso, pues en la obediencia hay bendición. Aquellos que han dicho “te seguiré” o “Aquí estoy” o expresiones similares disfrutaron de innumerables bendiciones que además han bendecido a otros. Elija sin lugar a dudas la opción de permitir el gobierno de Dios sobre su vida. Abundantes riquezas alcanzarán para dar testimonio de Su amor sobre su vida familia e iglesia.

Horas Cruciales

Autor: Osvaldo Carnival

Todos sabemos que cuando un bebé nace se dice que la madre «dio a luz». El nacimiento siempre está relacionado con la luz, y la luz con la vida, en contraposición con la muerte, que está vinculada directamente a la oscuridad. Esta es una puja espiritual intensa entre la Luz de Dios y las Tinieblas. Definitivamente no podemos permanecer indiferentes ante esta tensión. Las tinieblas amenazan con traer oscuridad sobre Argentina a través de un nuevo genocidio. Esta situación no dista demasiado de las historias bíblicas por todos conocidas. Como por ejemplo, el genocidio desatado por Faraón en los tiempos de Moisés y la matanza desatada por Herodes en los tiempos del alumbramiento de Jesús, ambas fueron anticipo lo que hoy en día nos toca vivir. Aunque actualmente cambian las palabras al utilizar términos como «embrión o feto» para reemplazar las palabras «bebé por nacer». La legalización del aborto no sería otra cosa, aunque lo quieran suavizar, que una nueva matanza de niños indefensos aprobada por el Estado.

¡No podemos permanecer indiferentes ante tal situación! La iglesia de Jesucristo es el mayor reservorio de valores y principios capaces de seguir sosteniendo una Nación.

¡No podemos callar! Debemos ser la voz de los que no tienen voz.

Escuché el relato de una joven estudiante de medicina que no pudo quedar callada en una clase de la facultad. El profesor a cargo explicó que de aprobarse la Ley de despenalización del aborto, deberían de implementar un protocolo de acción al realizar una ecografía a una madre con decisión de abortar. Mientras realizan la ecografía, los médicos debían bajar el sonido el ecógrafo para que la mujer no desistiera de realizar el aborto al oír los latidos del corazón del bebé por nacer. Frente a este comentario, la joven estudiante pidió la palabra y con sumo respeto dijo: «Doctor no puedo dejar pasar por alto lo que acaba de decir, ese bebé por nacer no tiene voz, y su única voz es ese corazón que late y se hace oír diciendo: “Acá estoy, tengo vida”. No podemos acallarlo. No podemos silenciarlo».

El término «cómplice» suele ser muy duro de escuchar, pero al buscarlo en el diccionario dice que «un cómplice es un cooperador necesario». Muchas veces, para que las cosas sucedan se necesitan de muchos cómplices, muchos cooperadores necesarios.

¡No podemos ser cómplices!

Como Iglesia tenemos que alzar nuestra voz para decirle a la Argentina que no aceptamos el aborto como opción. Nos caracterizamos por el fuerte compromiso con todo el que sufre y padece.

Este es el momento preciso para que la Iglesia se manifieste como Agente de luz. A lo largo de la historia, las horas más brillantes de la Iglesia de Jesucristo siempre fueron cuando estuvo bajo gran presión. Vivamos nuestra hora de mayor gloria como Iglesia y salgamos a profetizar sobre Argentina. Como ministros del Dios vivo salgamos a declarar que Argentina es de Cristo.

Hogares

Autor: Maximiliano Gianfelici

La palabra Hogar viene de hoguera: fuego encendido que se mantiene para dar calor, donde la familia se reúne. La familia esta instituida por Dios para que dentro de ella se desarrolle cada miembro en unidad, amor, enseñanza y direccionados en la Palabra, donde la Presencia de Dios sea el centro de adoración y búsqueda constante.

El huésped principal de nuestros hogares es Jesucristo por eso tiene que ser acogedor para El no para nosotros, si abrimos la puerta al Espíritu Santo, nuestros hogares serán transformados para la gloria de Dios, porque Dios tiene un destino, tiene un propósito. Nuestro hogar es el lugar donde muchos van a ser transformados por el poder de Dios.

Dios escogió nuestro hogar como una habitación donde permanecer, por eso debemos cambiar nuestra manera de pensar, buscar a Dios transformando los ambientes, nuestro anhelo debe ser que su Presencia se quede a morar.

En 2º de Crónicas 34 (RVR) nos habla del reinado de Josías quien fue un rey muy especial, el pueblo de Judá y de Israel se había dividido, estaba viviendo una crisis, después del reinado de David su hijo Salomón hizo lo malo delante de Dios por eso el reino se divide, Israel al norte y Judá al sur. Israel desaparece primero porque vuelca su corazón a la idolatría y al pecado, en cambio Judá sobrevive unos años más. En Judá hay una secuencia de reyes que van a establecer el gobierno de esa nación delante de los ojos de Dios, algunos hicieron lo correcto y otros lo incorrecto, pero en realidad van a entrar a una decadencia absoluta, y lo que tenía que ser un pueblo llamado para construir un hogar en la tierra para Dios y revelarse a ellos, fue corrompido.

El padre de Josías se llamó Amón quien profano todo lo santo, destruyo el hogar porque era lo que había aprendido de su abuelo, abrió la puerta al pecado, a la corrupción, a los ídolos, fue tan fuerte lo de Amón que en una conspiración lo mataron, sus asesinos quisieron tomar el reino, pero la misma gente saturada de tanta maldad mato a los asesinos y levantaron a Josías que era un niño de ocho años, como rey.

Este niño de ocho años tenía una mama temerosa de Dios quien lo introdujo a su corta edad al camino de Dios, en ese momento el templo estaba destruido, la familia estaba destruida, había sido rasgada, ya había una condenación sobre el pueblo, Dios había determinado que se irían cautivos, había una maldición sobre ellos, y en este proceso aparece este niño de ocho años con su mama que lo instruye en el camino de Dios.  Cuando este niño recibe el reino decide cambiarlo, comienza una limpieza, un orden, llama a los gobernantes para que saquen los ídolos, llama al pueblo para que lleven ofrenda y reconstruyan el hogar, el templo.

Un niño, una nueva generación se levanta, en el momento de limpiar, de reconstruir el templo, Josías encuentra el libro de la ley, el cual estaba perdido; en este libro Dios establecía a que su pueblo seria el que le iba a dar hogar, pero que si desobedecían y hacían lo malo, iban a caer. Cuando Josías entendió esto no se tira a pedir perdón al contario mando a reconstruir, a sanar, a levantar los muros, a limpiar la nación, sabía que había una maldición en su familia, pero Dios por amor a Josías, por su entrega, su devoción, su determinación, permitió que su familia sea salva, Dios lo libero de la muerte, lo hizo prospero, bendecido. Josías entonces celebro la pascua como nunca antes se había hecho, en su generación, en los treinta años de su reinado hubo consuelo.

A esto nos está llamando Dios a limpiar, a derribar, a quebrar, a quitar las culturas del pasado porque donde hay un corazón bien direccionado no importa el peso de la maldición, por el poder de Jesucristo la bendición del cielo es más fuerte. Debemos determinarnos a no vivir lo del pasado porque Dios nos envía un renuevo, necesitamos creer como un niño, tener la inocencia de Josias, romper todo lo que nos ata, los lazos familiares dañinos y poner nuestra familia a los pies de Jesús. 

Determinarnos a pelear por nuestro hogar, por nuestra familia, porque si Dios interviene sobrenaturalmente todo puede ocurrir, por delante nuestro hay bendición pero muchas veces negligentemente no actuamos para que nuestros hogares sean sanos, limpios, nos acostumbramos a vivir entre el pecado, a repetir las mismas historias y pretendemos que alguien más lo haga por nosotros; pero hay un llamado de Dios para volver a creer, debemos darnos cuenta que sobre nuestra familia no hay maldición porque Jesús en la cruz del calvario la corto, cuando en “nuestra generación Dios hace el milagro la bendición es desatada”.

En el libro de San Juan 19:25-27 (RVR) nos menciona que cuando Jesús está a punto de morir ve a sus pies a su madre y a su discípulo amado, y le encomienda que se cuiden mutuamente, le encarga a su mama que cuide de Juan como a su discípulo de ella, tanto es así que se la lleva a vivir a su casa.  Jesús está cumpliendo su rol de primogénito, como José su papa carnal había muerto  María queda a cargo de Jesús y de sus cuatro hermanos y podemos ver como en todo su ministerio se ocupa de su madre y de sus hermanos, a pesar de que estos no creían en El.

Vemos como Cristo cuando es crucificado su familia natural está a sus pies, aunque no sus hermanos. Sin embargo Jesús pone orden en su familia, María se conecta con Juan y hace de la casa de Juan su hogar, ese día ellos quedaron desolados a los pies de la cruz. Tres días después Jesús es sepultado, resucita y se revela en  ese hogar el cual es transformado y los que no creían comienzan a creer.

Debemos llevar nuestros hogares a la cruz de Cristo, es decir sujetarnos a la voluntad de Dios, abrazar la cruz a pesar de que las dificultades y las circunstancias me digan lo contrario, miro sus manos, miro sus heridas, no me muevo y esto nos garantiza que nuestra familia estará en el lugar más elevado, porque si abrazamos la cruz de Cristo disfrutamos del poder de la resurrección, disfrutamos del poder que todo lo puede, que todo lo cambia, que todo lo hace nuevo y el que no “cree va a creer”.

Se trata de la eternidad de nuestras generaciones abrazando la cruz, aceptamos el dolor de la vida, aceptamos que todo no es simple, que vivimos en un sistema caído pero que creemos en un Dios que nos lleva a confiar porque estará con nosotros hasta el fin del mundo, nada nos habilita para escaparnos de la cruz de Cristo, cuando llevamos a nuestra familia a los pies de la cruz el poder de la resurrección se manifiesta en nuestro hogar. Cuando Cristo se manifiesta en el hogar de María estaba Juan, pero también Jacobo el hermano de Jesús quien se transformó en el líder de la iglesia de Jerusalén y Judas quien escribió el libro donde mayor revelaciones tiene de las cosas que han de venir, esto sucede porque Jesús sujeto su hogar a los pies de su cruz.

La cruz nos escogió, Dios escogió nuestro hogar para morar, Dios escogió nuestro matrimonio para ser quien lo gobierne, Dios escogió nuestros hijos para que invadan las naciones con la gloria de Dios, el Señor moviliza nuestros corazones, nos llamó a esta tierra, nos plantó en este lugar, Dios nos escogió como un hogar que manifieste su gloria, que manifieste su poder.

En la cruz hay perdón, la sangre de Cristo tiene poder, limpia, redime, sana, rompe maldiciones, si en un contexto de maldición la actitud de un niño de ocho años transformo su hogar cuanto más en el contexto de la gracia de Jesucristo la determinación de una persona va a producir milagros y señales, la gracia del Señor ha cubierto todo este tiempo. 

 

Recuperado https://centrodealabanzarw.wordpress.com/2017/03/16/hogares/ 

OBSERVAR, ESCRIBIR Y ESPERAR

Por Greg Mundis

Orador de la Convención UAD 2019

 

¿Cuál es el rol de los pastores en la actualidad? Creo que para esa pregunta están asociadas tres palabras:

1 – Observar:

Somos vigilantes, personas que son diligentes para observar. Debemos conocer nuestra ciudad, tendencias, demografía y estar atentos a lo que está sucediendo.

En el Antiguo Testamento, los vigilantes fueron utilizados para construir los muros en la época de Nehemías. Creo que, como líderes del rebaño, no solo necesitamos construir, sino que necesitamos construir la iglesia de Jesucristo con una espada en la mano. Porque estamos en un ambiente hostil. Es por eso que necesitamos elevar el estándar bíblico para el Reino de Dios. Sobre todo, debemos mantener nuestro corazón protegido y los corazones nuestras familias, hijos y de la iglesia. Necesitamos comprender que cada cosa que hagamos afectará a las generaciones siguientes. Dios dijo: “En los últimos días derramaré mi Espíritu”. No conocemos ningún otro momento más importante en la historia del mundo en Dios haya derramado de su Espíritu. Necesitamos ser llenos del Espíritu Santo. Debemos estar rendidos y en contacto con el Espíritu Santo. Una de nuestras primeras responsabilidades es amar a Jesús con todo nuestro corazón y alma. También necesitamos tener una pasión renovada por el regreso del Señor. Es por eso que necesitamos observar los eventos globales a la luz de la profecía bíblica porque viene la cosecha y se la debe proteger de los depredadores.

2 – Escribir:

Habacuc nos invita a escribir las revelaciones (Habacuc 2:2-3). Dios esta detrás de la historia: historias de naciones e historias personales No es que Él haya escrito la historia previamente, sino que Él está permitiéndonos escribir nuestra propia historia. Y lo mejor que podemos hacer es escribir nuestra propia página con las revelaciones que Él nos trae.

3 – Esperar:

Debemos esperar en Dios. Necesitamos que Dios se nos adelante como hizo Moises con los hijos de Israel cuando llego para liberar el pueblo, sino estaremos realmente en problemas. Si realmente es Dios, debemos esperar y veremos como el alinea todas las cosas:  la historia, la vida y las circunstancias. El siempre está obrando – no importa el momento que estemos viviendo – sucederá que llegará el día donde arrebataremos la bendición. Y debemos estar sintonizados espiritualmente para hacerlo.

LA BATALLA DE NUESTRA MENTE

Por Dominic Yeo

Orador de la Convención UAD 2019

 

La mente cristiana siempre está en una continua batalla con el enemigo. ¿Pero cómo reconocemos esas batallas? ¿y como lidiamos con ellas?

Los tiempos han cambiado. Y como resultado, la verdad no es vista como un absoluto, y es subjetiva. Las líneas que definen lo bueno y lo malo son cada vez más difusas y lo que era una vez blanco y negro, hoy es gris. Vivimos en un mundo donde la información está disponible. El internet nos has dado la habilidad de alimentar nuestra mente con lo que queremos, en el momento que queramos. Sin embargo, este moderno bendecido día viene con enormes escollos – haciéndonos más vulnerables a alimentar nuestra mente con información que parece buena, pero proviene de desconocidas o cuestionables fuentes.  Esto se convierte en un desafío mayor para los cristianos que alimentan sus mentes con cosas que son correctas y bíblicas. Por lo tanto, es crucial que honestamente reveamos nuestras creencias y desarrollemos fuertes convicciones en contra de los puntos de vistas del mundo. La batalla por nuestra mente es real y debemos aprender cómo manejarnos para que nuestra mente emerja victoriosamente.

Romanos 12:2 dice “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

La mente es el campo de batalla de Satanás, por eso es que la Biblia nos dice que debemos transformar la mente a través del renuevo. Si nosotros los cristianos no estamos capacitados para discernir la verdad, fácilmente caeremos en las palabras mentirosas y decepcionantes. Lo que sucede en nuestras mentes se convertirá en lo que hacemos y lo que hacemos refuerza en lo que nos convertimos. ¿Cuáles son los principales campos de batalla para nuestra mente?

 

Campo de batalla # 1: La lógica y el racionalismo

“Tengo razón en mi perspectiva o posición porque la verdad es relativa”.

Jesús dijo que Él es el camino, la verdad y la vida. Si bien hay muchas verdades universales, todas están sujetas a la verdad absoluta de la Palabra de Dios, su naturaleza y su orden.

La base en la creencia de que “la verdad es relativa” proviene de la lógica, la justificación y la racionalización. No está mal para nosotros ejercer nuestras facultades mentales, pero si nuestras facultades mentales son el ser y el fin de la vida, ¿dónde está el lugar de fe, obediencia y convicción en la Palabra de Dios? Aunque las Escrituras son muy claras en ciertos temas, las personas que eligen racionalizar pueden encontrar y torcer las Escrituras para justificar sus acciones. Por ejemplo, uno puede justificar no diezmar al racionalizar que deben ser buenos administradores financieros para su familia. Otro puede justificar salir con un pre-creyente al racionalizar que están evangelizando a la persona que aman. Para el donante renuente le preguntamos: “¿Dónde puede proveer su fe en Dios?” Para el enamorado/a le preguntamos: “¿Dios no nos advierte sobre un yugo desigual?” Si bien podemos experimentar Sus bendiciones en medio de nuestro pecado deliberado, la realidad es que estas bendiciones son el resultado de la gracia de Dios derramada en nuestras vidas.

Por lo tanto, para continuar justificando nuestras “andanzas”, para continuar pecando aun cuando sabemos que le causa angustia a Dios, hacemos explotar la gracia de Dios en nuestras vidas. El peligro de racionalizar es que no parece raro de forma inmediata. Sin embargo, cuando la racionalización se termina manifestando completamente, el creyente ya no camina en fe. Sino que termina guiado por el espíritu de orgullo. Proverbios 16:18 nos advierte que, ” Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso.”.

El problema es que muchos de nosotros pensamos que lo sabemos todo. Alimentamos nuestras mentes con todo tipo de información de Internet y fuentes desconocidas en las redes sociales. Nos enorgullecemos de nuestro conocimiento “adquirido” hasta el punto en que ignoramos la buena enseñanza; elegimos confiar en nuestras facultades mentales en lugar de la Palabra de Dios.

“Estoy bien siempre y cuando no peque por mis acciones”.

Algunos optan por justificar sus pensamientos con una indulgencia interna reprimiendo la expresión externa de esos pensamientos: “Mientras mis acciones sean justas, puedo continuar entreteniendo pensamientos equivocados”. Tomando la pornografía como un ejemplo de esto. Podemos ver que algunos cristianos se permiten disfrutar de estas imágenes lujuriosas porque no se han involucrado en el acto físico del sexo o la masturbación. Por lo tanto, no creen que están cometiendo un pecado. Sin embargo, al no tomar la autoridad de este pecado secreto, le permiten a Satanás empujar los límites de sus mentes y confundir sus convicciones.  Es incorrecto creer que el señorío de Cristo es solo para el hombre espiritual. Las Escrituras mandan explícitamente que debemos: “Sean santos, porque yo soy Santo” (1 Pedro 1:16). La santidad no es simplemente un estado de ser, lo abarca todo e involucra la integridad completa del alma, la mente, y espíritu. Si no se controla, la compartimentación de nuestros pensamientos frente a nuestras acciones se infiltrará en otras áreas de nuestra vida. Así es como muchos cristianos, incluidos los fuertes, caen en un fracaso moral.

El teólogo y filósofo cristiano, Dr. Francis Schaeffer, ofrece el siguiente resumen: “Cristo es el Señor de todos, en todos los aspectos de la vida. No sirve de nada decir que Él es el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, el Señor de todas las cosas, si Él no es el Señor de toda mi vida intelectual unificada. Soy falso o estoy confundido si canto sobre el señorío de Cristo y logro retener áreas de mi propia vida que son autónomas. Esto es cierto si es mi vida sexual la que es autónoma, pero es al menos igualmente cierto si es mi vida intelectual la que es autónoma, o incluso mi vida intelectual en un área altamente selectiva. Cualquier autonomía está mal. La ciencia autónoma o el arte autónomo están mal si por ciencia autónoma o arte queremos decir que está libre del contenido de lo que Dios nos ha dicho. Esto no significa que tengamos una ciencia o arte estático, todo lo contrario. Nos da la forma dentro de la cual, siendo finito, la libertad es posible “.

Si no adoptamos un enfoque integral de la santidad, corremos el riesgo de caer en un fracaso moral. Por lo tanto, debemos estar dispuestos a mirar honestamente nuestras creencias y elegir cambiar antes de que nuestras convicciones degradadas afecten negativamente nuestro estilo de vida o nuestras relaciones con los demás.

 

Campo de batalla # 2 Decepción de la mente

“Nunca tendré suficiente”. “Nunca seré como”. “No soy lo suficientemente buena.”

 

¿Alguna vez se sorprendió haciendo estas declaraciones negativas en su mente? Si bien estos son pensamientos comunes, cuando se repiten constantemente, podrían convertirse en una parte poco saludable de nuestra psique. La Biblia deja muy claro que, como creyentes, somos más que vencedores en Cristo. ¡Las Escrituras también nos exhortan a recordar que podemos hacer todas las cosas a través de Cristo!

Los pensamientos negativos constantemente entretenidos pueden traernos uno de los siguientes patrones de pensamiento destructivos: competencia poco saludable o un complejo de inferioridad.

Competencia poco saludable: un patrón de pensamiento en el que vemos el éxito de los demás como negativo en lugar de inspirar o motivar. Este patrón de pensamiento agrega estrés indebido y, si no se pueden cumplir los objetivos, puede llegar a un estado de depresión.

Complejo de inferioridad: un patrón de pensamiento donde vivimos en un mundo de pequeñez, sin entrar nunca en todo lo que Dios había planeado para nosotros. Lamentablemente, muchos de nosotros seguimos siendo “potenciales” sin experimentar satisfacción porque hemos permitido que estos pensamientos engañosos nos encierren.

“¿Qué pasa si esto sucede? ¿Y si eso sucede?

Este estado de preocupación y ansiedad constantes busca insertar presiones y preocupaciones abrumadoras (tanto reales como imaginarias) en nuestra mente, evitando que demos un paso en la fe para ver el poder de Dios para trabajar en nuestras vidas. Tal engaño puede hacernos pensar demasiado o sacar conclusiones precipitadas sobre eventos que pueden no ocurrir.

Sin saberlo, entronizamos nuestras preocupaciones y ansiedades y destronamos a Dios en nuestras mentes. Estos pensamientos, tanto mental como emocionalmente, nos chuparán la vida.

“Siempre me pasan cosas malas”.

“Como un hombre piensa, lo será”. Este patrón de pensamiento es la clásica profecía autocumplida de la fatalidad. Nuestros pensamientos están intrincadamente conectados a nuestros comportamientos, y el engaño puede eliminar las imágenes negativas de forma desproporcionada. La realidad de la vida es que las cosas malas pueden suceder incluso a personas buenas debido al pecado. Sin embargo, proyectar continuamente consecuencias negativas niega la obra de Cristo en la cruz. Cada poder de Satanás fue quebrantado en la cruz. En la resurrección, Cristo nos dio su victoria. Como creyentes, debemos afirmar y creer que Él nos ha dado la victoria y la libertad. ¿Cómo podemos ser victoriosos en esta batalla épica por nuestras mentes?

2 Corintios 10:4-6 nos recuerda: “[…] porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.”

Necesitamos conocer la Palabra de Dios. Deberíamos invertir tiempo en encontrar Escrituras que traten específicamente con la batalla por nuestras mentes. También necesitamos rezar constantemente estas Escrituras en nuestras vidas para evitar que los pensamientos negativos tengan la oportunidad de manifestarse en nuestras vidas. Cuanto más íntimos seamos con la Palabra de Dios, mejor podremos discernir las sutilezas de esta batalla. Al igual que un cajero de banco que maneja notas día tras día, podemos agudizar nuestras habilidades y aprender a reconocer cuando se nos presenta un pensamiento negativo. Al declarar a Cristo Señor absoluto de nuestras vidas y morar en su Palabra, estaremos protegidos de las mentiras y los engaños del enemigo. La Biblia dice que la Palabra de Dios es más aguda que cualquier espada de dos filos. Cuando vivimos alineados con la Palabra de Dios, las mentiras y mentiras serán expuestas. La Palabra de Dios nos limpiará de los engaños y la racionalización de nuestras mentes. Necesitamos demoler cada pensamiento equivocado y ponerlo bajo el cautiverio de Cristo. La Palabra de Dios debe ser la única autoridad para la fe y la práctica en nuestras vidas.

Debemos usar la Palabra de Dios para gobernar nuestros pensamientos y acciones, para arrestar y destruir cada pensamiento equivocado antes de que crezcan sin control. Necesitamos ser deliberados al examinar nuestros pensamientos y actuar de acuerdo con lo que las Escrituras aprueban, niegan o rechazan. No podemos tener pensamientos negativos o impuros para que la racionalización y el engaño no entren en nuestras mentes.

Debemos aprender a mirar honestamente nuestras creencias y dirigirlas hacia Cristo, dejar a un lado nuestro orgullo y permitir que el Espíritu Santo busque en nuestros corazones áreas que no están completamente sujetas a Él. Todo esto se hace en el campo de batalla de la mente, nuestra vida mental. Nuestra vida de pensamiento debe ser disciplinada por el Espíritu y la Palabra. El apóstol Pablo instruyó a la iglesia a renovar nuestras mentes por medio de la Palabra de Dios. Así es como podemos demoler las fortalezas de la racionalización y el engaño. Una vez que seamos guiados y guiados por el Espíritu y la Palabra, habrá un nacimiento de convicciones y el fortalecimiento de las creencias, demoliendo así el trabajo previsto del enemigo. Una de las cosas más importantes que usted y yo tenemos es el poder de elección, para decidir qué haremos y qué no haremos. A diferencia del resto del orden creado, no tenemos que sucumbir a nuestros instintos naturales: ¡tenemos libre albedrío! Ejercita tu libertad eligiendo creer en la Palabra de Dios en lugar de las palabras del enemigo.

Debemos formar amistades piadosas que puedan ayudarnos, apoyarnos y corregirnos. Nunca fuimos destinados a caminar solos en este viaje de fe. Es por eso que mi lema en la vida es: “Nunca caminas solo”. La comunidad cristiana es una que nos ayudará a responsabilizarnos de nuestro crecimiento y desarrollo individual, para alentarnos y ayudarnos a lograr la restauración en Cristo. ” Hierro con hierro se aguza; Y así el hombre aguza el rostro de su amigo.” (Proverbios 27:17)

Por lo tanto, si estás luchando constantemente con batallas en tu mente, te animo a que rindas cuentas ante un líder espiritual para la oración y el apoyo. El enemigo intentará atarte con mentiras de vergüenza y culpa, pero no tienes que luchar solo en estas batallas. Una vez que salgas y hables sobre tus luchas, el agarre se aflojará y podrás comenzar ese viaje hacia la libertad.  Gálatas 5:1 nos recuerda que, “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.”

Sigamos renovando nuestra mente, llenándola con cosas que son correctas y bíblicas. Mantengámonos firmes en nuestras convicciones y volvamos nuestros pensamientos hacia Cristo, porque sabemos que ya tenemos la victoria en Él.

CELO PASTORAL

Por Claudio Freidzon

Orador de la Convención UAD 2019

“Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños” Proverbios 27:23

Una vez acompañé a mi hijo menor, Ezequiel a un partido de fútbol para verlo como jugaba con sus amigos. En la mitad del partido, me distraje por un momento. De inmediato, los gritos de Ezequiel me volvieron a la realidad: ¡Papá! ¡Quiero que me mires! Fueron sus palabras. Nuestros hijos se sienten seguros e importantes cuando los miramos a los ojos y les prestamos verdadera atención.

Así sucede también con nuestros amigos y con lo que podríamos llamar nuestros hermanos menores espirituales. A veces estamos tan activos en tantos proyectos que dejamos de relacionarnos correctamente con las personas. El saludo cordial, el diálogo, el interesarnos por sus problemas quedan tal vez relegados a un segundo plano en nuestra agitada carrera. Pero el Señor quiere despertar en ti el celo pastoral, el amor por aquellos que están a tu cuidado y te necesitan.

Jesús escogió a sus doce discípulos “para que estuviesen con él y para enviarlos a predicar” Marcos 3:14. Él compartió su vida con los discípulos. Les dio todo su tiempo. No los convocó solamente para trabajar, los llamó para estar con Él. Jesús los cuidó diligentemente. “Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición (…)” San Juan 17:12

¿Podremos nosotros decir lo mismo?

1- El cuidado a tu familia. Cuando hablamos de conocer el estado de tus ovejas, también podemos pensar en cómo estamos cuidando de la familia. Ya sea de tus padres, hermanos o esposos/as e hijos. No es necesario ser la cabeza del hogar para brindar nuestro amor y cuidado. Dios nos lleva a dar de lo que hemos recibido del Señor a quienes nos rodean. Es justamente en nuestra familia donde tenemos la posibilidad de aplicar primero todo lo que leemos en la Biblia. A veces no es el terreno más fácil, pero sí resulta buena tierra para ponernos a prueba y permanecer verdaderamente íntegros en santidad y amor. Ya sea que vivamos en el mismo hogar o que estemos a miles de kilómetros de distancia, es necesario preguntarse: ¿Estoy haciendo todo lo posible por conocer el estado de mi familia? ¿O estoy tan ocupado que hace mucho que no paso tiempo de calidad con ellos?

2- El cuidado de nuestros hermanos menores. Los hermanos menores, son aquellas personas a quienes Dios puso en nuestro camino para que les presentemos a Jesús y los cuidemos en su crecimiento espiritual. Pueden ser amigos, compañeros de trabajo, de estudio o vecinos. Personas que han abierto su corazón a escuchar acerca de las cosas de Dios y desean crecer en la fe. Luego de la resurrección y antes de ascender a los cielos, Jesús nos dejó la Gran Comisión que consiste en un gran mandato de predicar, es decir compartir nuestro testimonio y cuidar en la fe a quienes van escuchando la Palabra de Dios, en todas partes (Mateo 28). Esto no es solamente que donde vaya, la gente me imite y me siga, sino más que otra cosa, es ocuparnos de ellos. Cuidarlos personalmente y ayudarlos a crecer en todas las áreas de su vida. Tampoco se refiere a manejarles la vida, sino encaminarlos a conocer cada vez más a Jesús, su Palabra y cómo vivir una vida hermosa cada día junto al Espíritu Santo.

3- El ejemplo de Jesús. “Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. 37 «La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—. 38Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo” Mateo 9:36-38 ¿Cómo veía Jesús a las multitudes? ¿Qué sentía por ellas? ¿Cómo podemos nosotros darle amparo a una persona? ¿Cómo podemos ayudar desde nuestro lugar al agobiado o desamparado? ¿Cómo lo hizo Jesús?

Jesús dijo que el problema de esas multitudes era que no tenían pastor. Y pidió a sus discípulos que, ante tanta necesidad, oren a Dios para que envíe obreros a su mies. ¿Qué clase de obreros? Sin duda, obreros que tuviesen un corazón pastoral. Por tanto, hay mucha recompensa en los cielos para quienes inviertan su tiempo en cuidar a quienes tienen a Jesús en su corazón. Si bien no siempre la tarea es fácil, vale la pena el esfuerzo. Otras personas seguramente han derramado lágrimas, han perseverado y han intercedido por tu vida para que hoy estés donde estás. Hoy es el tiempo de hacerlo por quienes Dios ha puesto en tu camino y a tu alrededor para que seas de bendición. Hoy es tiempo de animarte a mostrar el celo pastoral, el amor de Dios para acercar a otros a su Reino!! Anímate a poner en práctica todo lo que has aprendido del Señor. ¡Este es tu tiempo de ser canal de bendición!

RECUPERADO: http://www.oramos.com.ar/noticias/info/celo-pastoral