Celo pastoral

Por: Claudio Freidzon

 “Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños” Proverbios 27:23

Una vez acompañé a mi hijo menor, Ezequiel a un partido de fútbol para verlo como jugaba con sus amigos. En la mitad del partido, me distraje por un momento. De inmediato, los gritos de Ezequiel me volvieron a la realidad: ¡Papá! ¡Quiero que me mires! Fueron sus palabras. Nuestros hijos se sienten seguros e importantes cuando los miramos a los ojos y les prestamos verdadera atención.

Así sucede también con nuestros amigos y con lo que podríamos llamar nuestros hermanos menores espirituales. A veces estamos tan activos en tantos proyectos que dejamos de relacionarnos correctamente con las personas. El saludo cordial, el diálogo, el interesarnos por sus problemas quedan tal vez relegados a un segundo plano en nuestra agitada carrera. Pero el Señor quiere despertar en ti el celo pastoral, el amor por aquellos que están a tu cuidado y te necesitan.

Jesús escogió a sus doce discípulos “para que estuviesen con él y para enviarlos a predicar” Marcos 3:14. Él compartió su vida con los discípulos. Les dio todo su tiempo. No los convocó solamente para trabajar, los llamó para estar con Él. Jesús los cuidó diligentemente. “Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición (…)” San Juan 17:12

¿Podremos nosotros decir lo mismo?

1- El cuidado a tu familia. Cuando hablamos de conocer el estado de tus ovejas, también podemos pensar en cómo estamos cuidando de la familia. Ya sea de tus padres, hermanos o esposos/as e hijos. No es necesario ser la cabeza del hogar para brindar nuestro amor y cuidado. Dios nos lleva a dar de lo que hemos recibido del Señor a quienes nos rodean. Es justamente en nuestra familia donde tenemos la posibilidad de aplicar primero todo lo que leemos en la Biblia. A veces no es el terreno más fácil, pero sí resulta buena tierra para ponernos a prueba y permanecer verdaderamente íntegros en santidad y amor. Ya sea que vivamos en el mismo hogar o que estemos a miles de kilómetros de distancia, es necesario preguntarse: ¿Estoy haciendo todo lo posible por conocer el estado de mi familia? ¿O estoy tan ocupado que hace mucho que no paso tiempo de calidad con ellos?

2-El cuidado de nuestros hermanosmenores Los hermanos menores, son aquellas personas a quienes Dios puso en nuestro camino para que les presentemos a Jesús y los cuidemos en su crecimiento espiritual. Pueden ser amigos, compañeros de trabajo, de estudio o vecinos. Personas que han abierto su corazón a escuchar acerca de las cosas de Dios y desean crecer en la fe. Luego de la resurrección y antes de ascender a los cielos, Jesús nos dejó la Gran Comisión que consiste en un gran mandato de predicar, es decir compartir nuestro testimonio y cuidar en la fe a quienes van escuchando la Palabra de Dios, en todas partes (Mateo 28). Esto no es solamente que donde vaya, la gente me imite y me siga, sino más que otra cosa, es ocuparnos de ellos. Cuidarlos personalmente y ayudarlos a crecer en todas las áreas de su vida. Tampoco se refiere a manejarles la vida, sino encaminarlos a conocer cada vez más a Jesús, su Palabra y cómo vivir una vida hermosa cada día junto al Espíritu Santo.

3-El ejemplo de Jesús “Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. 37 «La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—. 38Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo” Mateo 9:36-38 ¿Cómo veía Jesús a las multitudes? ¿Qué sentía por ellas? ¿Cómo podemos nosotros darle amparo a una persona? ¿Cómo podemos ayudar desde nuestro lugar al agobiado o desamparado? ¿Cómo lo hizo Jesús?

Jesús dijo que el problema de esas multitudes era que no tenían pastor. Y pidió a sus discípulos que, ante tanta necesidad, oren a Dios para que envíe obreros a su mies. ¿Qué clase de obreros? Sin duda, obreros que tuviesen un corazón pastoral. Por tanto, hay mucha recompensa en los cielos para quienes inviertan su tiempo en cuidar a quienes tienen a Jesús en su corazón. Si bien no siempre la tarea es fácil, vale la pena el esfuerzo. Otras personas seguramente han derramado lágrimas, han perseverado y han intercedido por tu vida para que hoy estés donde estás. Hoy es el tiempo de hacerlo por quienes Dios ha puesto en tu camino y a tu alrededor para que seas de bendición. Hoy es tiempo de animarte a mostrar el celo pastoral, el amor de Dios para acercar a otros a su Reino!! Anímate a poner en práctica todo lo que has aprendido del Señor. ¡Este es tu tiempo de ser canal de bendición!

https://oramos.com.ar/blog/crecimiento-del-ministerio/celo-pastoral

La vida multifacética de David Grams

Autor: Amaro Rodríguez García

El ministerio y la trayectoria ministerial de David Grams permite considerarlo como una estrella de primera magnitud en el firmamento del cristianismo evangélico hispanoamericano. Mentor, líder pionero, educador por excelencia, pastor, misionero, escritor y consejero. Una bendición referente para quienes hemos tenido el privilegio de conocerle y ser impactados con su vida.

Sin duda alguna, al día de hoy, la historia y el liderazgo de la Iglesia Evangélica en Latinoamérica sería muy distinta sin la presencia y ministerio del misionero Grams. Un hombre de Dios, verdadero regalo del cielo. Hablar de él es referirse a una verdadera institución.

En febrero de 1962, tuve el privilegio de conocerle personalmente en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en el histórico seminario para líderes y docentes de Institutos Bíblicos. El entonces Director del Instituto Bíblico Rio de la Plata (I.B.R.P.), Verne A. Warner me invitó para asistir al mencionado seminario, viajando con mi pasaporte español, vestido de negro y con mi cuello clerical. Fue a pocos días que en Buenos Aires había renunciado a mi sacerdocio católico y aceptado a Jesucristo como el Salvador y Señor personal de mi vida.

Desde aquel primer encuentro, junto con mi familia, hemos disfrutado de una entrañable amistad. Siempre teñida por mi parte de genuina admiración y sincero aprecio a nuestro querido David Grams. Singular y maravilloso hombre de Dios.

Lo fue así, junto con su primera esposa, Betty Jane, con la que vivió 51 años hasta que el Señor la llevó a su presencia. Formaron una hermosa familia auténticamente levítica, en el altiplano de La Paz, Bolivia, en donde fueron pioneros de la obra. Sus tres hijos, MonaRé, Raquel y Rocky, junto con sus cónyuges; han seguido con fidelidad las huellas de su padre y maestro, con un lindo ministerio de bendición en diferentes países.

Del año 1970 al 77, los esposos Grams fijaron su residencia en Buenos Aires. Fueron los Directores del I.B.R.P. en nuestro tiempo y tuvimos por varios años la oportunidad de disfrutar de las enseñanzas de la hermana Betty Jane como profesora. En los intervalos, cuando David Grams regresaba de sus seminarios de ISUM en los distintos países de Hispanoamérica, recibíamos la bendición de su excelente ministerio de predicación y enseñanza, además de su amistad. Aún recuerdo algunos mensajes que hicieron impacto en los oyentes: Is.41:14-20.” “No temas, gusano de Jacob…yo te he puesto por trillo…”.

David Grams fue cofundador, junto con Verne A. Warner, de la prestigiosa institución educativa Instituto de Superación Ministerial (I.S.U.M.) y la Facultad de Teología ambulante. Han contribuido al adiestramiento y superación de cientos de pastores y líderes en toda Hispanoamérica.

El plan de estudios de I.S.U.M.  consta de varios periodos de clases presenciales, con tareas y actividades extra clase, que el estudiante debe cumpliir oportunamente. En el año 1968 se celebró el primer seminario de I.S.U.M. en nuestro I.B.R.P. en Lomas de Zamora, al que tuve el privilegio de asistir, terminando posteriormente sus estudios.

En la década de los 80, coincidimos con el hermano David Grams en San José de Costa Rica en lo que se llamó “La mesa de las Américas”. Un congreso de alto nivel, al que asistieron pastores y líderes ejecutivos de las Asambleas de Dios de toda Latinoamérica. David Grams se destacó por su ministerio de inspiración y estímulo.

Después de varios años de soledad por la pérdida de su esposa Betty Jane, David Grams tomó la decisión de volver a encontrar el amor y formar una nueva familia. Contrajo matrimonio con la hermana Clemencia Brum, de Uruguay, que fuera misionera en África por varios años. Clemencia, de carácter equilibrada y personalidad agradable. Reconocida y aceptada por los hijos de David como “La primera dama”. Ha sabido sacar a David de su soledad y traer a su vida apoyo, ayuda y consuelo, por compartir con él los últimos 20 años y atendiéndole con verdadera solicitud hasta en sus últimos momentos.

Clemencia tiene un hermano, Federico, que vive en Palma de Mallorca y es miembro de nuestra Iglesia. Esta circunstancia explica que en varias oportunidades David y Clemencia nos han visitado aquí en Palma. Nos permitié gozar de su fino humor, renovar nuestra amistad y seguir disfrutando de su precioso ministerio de predicación en nuestra Iglesia. Cuyo pastor es nuestro hijo Daniel, con su esposa Noemí.

David Grams como Pablo, ha sabido pelear con éxito la buena batalla, ha acabado la carrera con gozo y ha guardado la fe con fidelidad. Se anticipo a la corona de justicia que le entregará el Señor Jesús. Y como dice Dan.12:3. “Los entendidos resplandecerán con el resplandor del firmamento, y los que enseñan la justicia a la multitud, como estrellas a perpetua eternidad”. No me cabe duda que a su llegada al cielo hayan salido a recibir a David Grams, no solamente los ángeles, sino los cientos de queridos hermanos que fueron alcanzados y bendecidos por su vida y ministerio.

¡Gracias, querido David Grams, por la luminosa estela de tu vida, por el precioso legado que nos has dejado y por el desafío incuestionable a una vida plena al servicio, obediencia y fidelidad en el cumplimiento del diseño de Dios para nuestras vidas! Agradezco sinceramente la oportunidad de escribir estas líneas en memoria de nuestro querido hermano Monroe David Grams, ya en la presencia del Señor desde el 31 de julio pasado.

Recuperado de https://conozca.org/?p=5177

La iglesia es la que te cuida

Autor: Lidia Lewczuk Masalyka

Estos días medio ausente pasando los días de aislamiento por COVID-19, sin muchos deseos de hablar, de leer, hasta sin ganas de ver una buena película. Esta plaga produce un desgano, y falta de fuerzas- dentro de todo fue bastante pasable, estoy en el décimo día esperando el alta. 

Pero me sobró tiempo para pensar… y me preguntaba—el Estado dice que me cuida… ah, si…. si fuera una persona sola, sin celular, sin que alguien me lleve a hacer hisopado o lo peor internarme? y Si….fuera una vecina mal llevada que no me haría ni un favor, como comprar unas verduritas? y si…y siii… donde está el Estado?

Pero esta pandemia me enseñó a valorar aún más a la Iglesia de Cristo como su Cuerpo. Ha sido el rocío de Hermón en estos días con sus incontables oraciones y mensajes de ánimo, ha sido la fragancia del Sacerdote trayendo paz- nuestros médicos pendientes de mi salud cada día, hermanos que dejaban tras las rejas bolsas de verduras, frutas, carne (y de la buena!!!!!) tortas, masas, sopas, pollo con papas fritas, y no les comento más porque se van a poner envidiosos (chiste) Lástima que al perder el sabor no se disfruta tanto.

No es en vano que el salmista escribió ¡Cuán bueno y delicioso es habitar los hermanos juntos y en armonía porque allí envía el señor bendición y vida eterna…..

No solo a nosotros la iglesia ha cuidado, sale por las noches a los refugios y hoteles a llevarles no cualquier sobra, al contrario buena comida caliente nutritiva. El estado que haga lo que tiene que hacer, pero te aseguro, que la que te cuida es la iglesia. Por eso es tan importante que te congregues, que formes vínculos de amor y amistad, que hagas conocer tus necesidades (nadie es adivino) que pongas tus dones al servicio del Señor, que es justamente la interacción de los miembros ayudandándose mutuamente, para que el cuerpo crezca saludable.

A todo el Centro Cristiano, mi amada iglesia, a los anexos que se plantaron y pastores amigos, que oran siempre, a los amigos de lejos, misioneros que se interesaron… ese rocío y frescura del Hermón, Dios les bendiga con salud y libertad de toda enfermedad y plaga

Sé que este sentir también es del pastor Juan y de todo corazón les agradecemos cada detalle como mimo de nuestro Dios.

La madre, su rol en el hogar

Autor: Alejandra Carníval

«Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, hasta que yo Débora me levanté, me levanté como madre en Israel» (Jueces 5:7).

Pienso que algo no anda bien cuando escucho decir: «La escuela, los maestros, la iglesia, el pastor, el líder deben hacer algo por mis hijos». Esta es una idea altamente nociva que intenta convencernos de que los demás, y no nosotros, son los responsables. Crecí en un hogar humilde, mis padres no acabaron sus estudios primarios, sin embargo trabajaron de manera tal que nunca me faltara el sustento pero por sobre todas las cosas se esmeraron en dejarme un legado de valores los cuales han sido el fundamento de mi vida y me permitieron llegar a convertirme en una mujer feliz.

Si algo va a acontecer en la vida de tus hijos será porque Dios habrá encontrado en ti a una mujer que asuma el rol protagónico que Él te entregó.

Débora anhelaba un cambio y tomó la iniciativa, no se quejó, no se deprimió, no huyó, no buscó culpables sino que ocupó un rol que estaba vacío y dijo: Todo estaba mal hasta que me «levanté como madre».

Me pregunto: ¿No serán las señales de decadencia espiritual de nuestra amada nación una forma de señalarnos que ella está huérfana; qué hay hijos que no gozan del cuidado, protección y enseñanza de una madre?

Ser madre es el privilegio más maravilloso que Dios pudo otorgarnos, sin embargo conlleva una gran responsabilidad.

En primer lugar la de ser ejemplo. Lo importante no es lo que decimos sino lo que hacemos. El dicho popular lo expresa: «Ver una vez es mejor que oír mil veces». Tu propia vida será un mensaje más que elocuente para tus hijos y tu actitud frente a ella, tu manera de hablar, de enfrentar las adversidades, de resolver las frustraciones, los enojos, los pleitos impactarán la vida de tus hijos. No es lo que decimos, es lo que hacemos. Uno de los recuerdos más vividos de los últimos momentos de la vida de mi madre, cuando ya se encontraba con escasa movilidad, es abrir la puerta de su habitación y verla arrodillada orando. Uno de mis hijos la ayudaba a ponerse de rodillas y luego de pie. Nunca me dio un sermón sobre la oración, su ejemplo dejó una huella imborrable en mi memoria.

Conviértete en una fuente de aliento para tus hijos. Necesitamos encontrar la medida adecuada entre la corrección y el estímulo. Por lo general tendemos a corregir, lo cual es importante, pero mejor es ayudarlos a ver lo importante que ellos son para nosotras y para Dios. No te canses de decirles cuánto Dios los ama. El mundo les dirá que no pueden, que no sirven, que no dan la talla, pero nosotras podemos acercarlos a su verdadero valor: son la niña de los ojos de nuestro Dios. Valiosísimos, queridos, siempre amados. Recuérdales que pueden hacer frente a todo porque Jesús los fortalece.

Y finalmente pelea por la vida de tus hijos. No te resignes a perderlos, a dejar que el mundo los atrape. Si son pequeños toma tiempo para leerles un historia bíblica y a orar por ellos. Tengo hermosos recuerdos de esos tiempos compartidos con mis hijos. Si son grandes continúa orando y declarando la Palabra de Dios sobre sus vidas. Fija tu mirada en lo que Dios dice de ellos y no en lo que las circunstancias te dicen.

Recuperado: https://www.oramos.com.ar/blog/mujeres-reales/la-madre-su-rol-en-el-hogar

persona intersediendo

Nuestro Lugar Como Intercesores

Autor: Pedro Ibarra

Cuando oramos por paz es porque existe una batalla y Jesucristo es nuestro modelo como conquistador de la paz. En aquellos días, los judíos se desilusionaron de Él porque ellos creían que los liberaría de la esclavitud romana derramando sangre. Empuñando armas y usando la violencia. Para ellos, Jesús fue una víctima y su vida prometedora fue un desperdicio. ¡Qué mirada equivocada!

Cuando el Apóstol Pablo declara que nuestra lucha no es contra seres humanos, está hablando de la operación de las fuerzas del mal. Sin embargo, cada hombre y cada mujer, sean gobernantes o parte del pueblo, son responsables de sus actos y Jesús encarnó esa batalla con éxito al depender de y sujetarse al Padre.

Podemos citar dos ejemplos. Cuando lo arrestaron, para luego crucificarlo, les dijo que era capaz de pedir legiones de ángeles y Dios las enviaría, pero ese no era el camino. Y cuando, al inicio de su ministerio, el mismo diablo vino a ofrecerle todos los reinos del mundo (Mateo 4: 8-10). Ser rey de todos los reinos supone gobierno, lo cual implica control y dominio.

Es allí donde Jesús nos enseña que no sirve conquistar una corona sin cruz porque sin cruz, no hay corona; tampoco está resuelto el problema del pecado y de esa manera su reinado vendría a ser mayor esclavitud. Es por eso que Cristo en el Calvario fue el vencedor de todos los tiempos. Su victoria fue total y perfecta porque en su cuerpo llevó los pecados de todas las personas, de todos los lugares y de todos los tiempos. De esa manera deshizo el pecado.

El enemigo podía tocar a los hijos de Adán porque vendieron sus descendencia (Romanos 5:12-14). Pero Jesús no vino del mismo linaje caído y fue a la vez sin pecado. De modo que, cuando el sistema del mundo liderado por Satanás lo llevo a un juicio injusto y falso y lo condenó a morir en la cruz, este se convirtió ante el trono del Juez Eterno en reo culpable por haber tocado al único que no podía tocar.

Como intercesores debemos entender que el diablo está condenado pero no está encarcelado. Es decir, que el intercesor debe hacer prevalecer ante el altar del Señor la legalidad de la victoria de Cristo en la cruz como el Cordero de Dios, lo cual siempre será así.

Creo que nuestra victoria por Argentina implica una cuestión de naturaleza como la de Jesús “cordero”, lleno de humildad y mansedumbre, al enfrentarnos entre otros al principado de orgullo de nuestra nación, Y, si en algún momento, vemos la corrupción o las injusticias de los gobernantes, usemos esto como una fuerza positiva convirtiéndola en intercesión que exige justicia. Creamos que el Señor, en su santidad, también siente indignación contra las injusticias.

¡Juntos creamos que veremos la Gloria de Dios!

Recuperado: https://www.oramos.com.ar/blog/mensaje-al-corazon/nuestro-lugar-como-intercesores

Al unísono, junto a mis hermanos

Autor: Enrique Strohschein

Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron. Josué 6:20 El pueblo había recibido pautas muy claras sobre su proceder para el sitio de Jericó. Lo primero era trabajar como si fueran uno, para el mismo objetivo. Pablo escribe a los Efesios, en el Capítulo 2:14 “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación…”Todos los cristianos, son UNO en Dios. Siendo los creyentes miembros de un mismo cuerpo, el cual dirige Cristo, se tiene que saber que labor desempeña y que no será de uno solo ya que el cuerpo se mueve unido hacia una misma dirección; bajo una sola voluntad. 1° Corintios 12:12 “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.” No sede subestimar el poder de la unidad y la necesidad de tener un mismo sentir. Hechos de los Apóstoles otorga una clara muestra de esto: “Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios. Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Hechos 4:31-37

Recuerde: Todo hijo de Dios debe ser esa voz, que al unísono, rompe con los muros de este mundo para llevar la Palabra de Dios.

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.” Efesios 2:19

La necesidad de pertenecer y estar en casa en una comunidad es importante para muchos. No pertenecer a una comunidad es experimentar la soledad. Una persona puede tener muchos conocidos y participar en varias organizaciones, pero eso no es lo mismo que conocer el sentimiento de pertenencia. Pablo aseguró a los primeros cristianos en Éfeso que estar “en Cristo” a través de la fe también los hizo parte de la comunidad del pueblo de Dios y la familia de Dios. Lo mismo es cierto para todos los hijos de Dios, hoy. La familia de Dios se llama la iglesia. Todos los que siguen a Jesús necesitan encontrar un hogar en la iglesia con otros creyentes en Cristo. Eso no siempre es fácil. Puede haber habido momentos, o incluso en este momento, en los que muchos se han sentido como un extranjero o un extraño. Quizás algunos han atravesados situaciones que han llevado a que la experiencia no sea tan acogedora como le hubiera gustado. Muchos han llegado a sentirse tentado a renunciar a ello. Pero hay un lugar en la casa de Dios para todos aquellos que lo deseen. Un gran y hermoso regalo de Dios, el poder ser parte de esta gran Familia.  Incluso cuando se ha encontrado su lugar en la familia de Dios, también se debe ser un agente de integración a los demás. El beneficio de pertenecer a un hogar espiritual, es una calle de doble sentido. No solo somos bendecidos, sino que estamos llamados a ser el instrumento en la mano de Dios para dar la bienvenida a los demás. No olvide lo que el salmista decía: “Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Salmos 133:1

Recuperado de  http://iglesiaemanuelballester.org/2019/12/08/necesito-a-mis-hermanos/ 

Juntos y preparados

Autor: Osvaldo Carnival

“Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que te digo, y el Señor te de entendimiento en todo.” 2 Timoteo 2:1-7

En este texto de la carta de Pablo a su hijo espiritual, el apóstol nos presenta tres imágenes que nos son de gran ayuda para poder prepararnos para un gran año. Pablo utiliza a tres personajes contemporáneos a él y a Timoteo: El soldado, el atleta y el labrador.

    1- EL SOLDADO

El soldado se enrola, hace filas, practica, está 100% comprometido con una causa.  De igual manera, el evangelio se milita. Hay un compromiso en la fe. Uno debe jugarse por Jesús.  No se puede vivir la fe en Jesucristo como una religión superficial. 

¿Habrá una causa en el evangelio? ¿Por qué será que hay tantos cristianos fríos? El que no tiene nada por lo que morir, tampoco tiene nada por lo que vivir. Hay causas muy nobles y filantrópicas por las que miles de personas dejan la vida… ¿Cuánto más debería suceder con la predicación del evangelio de Jesucristo, que es lo único que realmente puede salvar al ser humano? ¿Cómo no vamos a militar por ello? 

El 99% no alcanza. Si no es el 100% no sirve. De eso se trata el verdadero vivir lleno del Espíritu Santo. El que milita, el soldado, nos habla de lealtad. La lealtad es un valor fundamental porque significa que no hay doblez, no hay vuelta atrás. Cuando el soldado desembarca a la conquista sabe que hay chances de que no pueda regresar, pero aun así avanza. La lealtad se basa en la obediencia. En la disposición incondicional de seguir a Jesús, pase lo que pase, más allá de las posiciones personales. 

El valor del soldado es proseguir a la meta sabiendo que Dios va por delante. Todos los grandes personajes bíblicos, los héroes de la fe, tuvieron que tener valor, todos tuvieron que ser valientes,  todos tuvieron que exponer su fe, todos tuvieron que entregarse por completo por la causa y por lo que creían. 

    2- EL ATLETA

Pablo destaca el esfuerzo de los atletas, lo compara con una lucha. No alcanza con el talento del deportista. He visto en la vida mucha gente talentosa que no llegó lejos. El talento necesita algo más…  

Y lo primero que necesita es disciplina. . Los que llegan son personas disciplinadas, aplicadas.  La disciplina en la vida de oración, que nos lleva a tener todos los días nuestro tiempo para buscar de Dios. Nadie puede ser discípulo de Jesús si no tiene disciplina. Disciplina tiene que ver con establecer prioridades, con establecer hábitos. Primero Dios, y luego todo lo demás. Al establecer prioridades se ordena la vida. 

En segundo lugar, para llegar, el atleta necesita del sacrificio. La persona que no está dispuesta a sacrificios en el mundo del deporte, que no tiene hambre, que está cómoda, no es alguien que vaya a llegar lejos. Aquel que quiere progresar y que quiere tener alto rendimiento sabe que debe esforzarse y hacer sacrificios. Quizás viajar desde lejos hasta el club, hacer doble turno de entrenamiento, alimentarse bien, no tomar alcohol, perderse de encuentros sociales, etc.  Y así pasa con la fe. El camino de fe, el camino que Pablo le sugiere a Timoteo, es un camino de sacrificio. Le dice que va a tener penalidades, que las va a sufrir. A nadie le gusta sufrir, por supuesto, pero es imposible no sufrir para alcanzar lo que deseamos en la vida. Sufrir de tener que decir que no a ciertas cosas o de tener que defender lo que creemos sin importar que se mofen de nosotros, que nos critiquen, que nos agredan. Ser capaces de decir “No importa lo que pierda, yo quiero a Jesús”. 

    3- EL LABRADOR

Del labrador podemos destacar su trabajo esforzado. El trabajo del labrador, al rayo del sol, con los bueyes, abriendo el surco la tierra, de sol a sol, golpeando, sin clemencia. Los atajos no nos van a llevar a ningún lado en la vida. Vivimos en la cultura del “zafe”, es una característica de esta generación. Pero podemos estar seguros de que nada se alcanza en la vida sin un trabajo esforzado. Nadie puede tener una economía sustentable, nadie puede tener un hogar sólido, nadie puede desarrollar un ministerio para servir al Señor, sin un trabajo esforzado

Y otra  cosa a destacar del labrador es la paciencia.  Santiago 5:7 dice “por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía”.  Yo tengo que hacer lo mío y luego Dios va a hacer lo suyo. Joel también habla de la lluvia temprana y la tardía, y está hablando allí del Espíritu Santo. 

Cuando nosotros nos entregamos, cuando estamos dispuestos a militar el evangelio, a vivir con valor y con lealtad ante los ojos el Señor, cuando hacemos sacrificios y desarrollamos una vida disciplinada como la del atleta y trabajamos esforzadamente como el labrador, podemos descansar tranquilos. La lluvia temprana y la tardía van a llegar. El Espíritu Santo nos va a visitar y podremos estar tranquilos de que tendremos un gran año.