Nuestra experiencia en Plantación de Iglesias

Por Andrés Avalos

La necesidad de prepararnos para servir al Señor se hacía cada vez más fuerte mientras una llama comenzó a arder en nuestro corazón, y una gran inquietud latía cada vez más fuerte “La mies es mucha, los obreros son pocos”. Esto nos impulsó en abril de 2006 a estudiar junto con mi esposa en el Instituto Bíblico Patagónico ubicado en la ciudad de Gaiman, a algunos kilómetros de Pto. Madryn, ciudad donde crecimos, nos casamos y tuvimos dos hijos, Karen y Martin. Al finalizar los estudios Teológicos nos mudamos a Comodoro Rivadavia, 470 km al sur de Madryn con la intención de colaborar con la obra del Señor. Un año después, salíamos como pioneros, con muchas expectativas a una tierra desconocida para nosotros, pero “ciudad de enfoque” según la Unión de las Asambleas de Dios, ya que era una zona con mucha necesidad de conocer a Cristo.

Así fue como en marzo de 2010  nos trasladamos hacia nuestro nuevo destino en el cual, vez tras vez pudimos ver la mano del Señor obrando en pos de este nuevo desafío. Con la gracia y la bendición de Dios comenzamos a recibir la ayuda tan esperada. Así fue como en tres camionetas llevamos las pertenencias que teníamos,  recorriendo  más de 1000 km hacia el norte, y aunque pensamos que iba a ser para siempre, Choele Choel, Rio Negro, iba a ser  nuestro hogar por más de 5 años.

Comenzamos a relacionarnos con gente maravillosa. Un matrimonio nos abrió las puertas de su hogar y fuimos hospedados por una semana hasta lograr establecernos en una vivienda definitiva. En nuestro corazón existía la convicción de que el propósito de Dios estaba en cada familia que conocíamos, en cada vecino al que nos acercábamos y sobre todo en cada milagro que sucedía día tras día en cuestiones cotidianas.

Para comenzar, alquilamos y reacondicionamos un salón prácticamente abandonado  el cual, con mucho entusiasmo fuimos embelleciendo hasta convertirlo en nuestro nuevo templo. Nacía así la Iglesia “Renuevo del Cielo”.

Compramos las primeras 20 sillas y poco a poco la gente comenzó a asistir a nuestras reuniones. Los miércoles y domingos teníamos reunión general, martes estudios bíblicos y diversas actividades. Orábamos constantemente por esas sillas con fe, creyendo que en poco tiempo se multiplicarían. Y así sucedió. Cada vez que comprábamos más, se llenaban domingo tras domingo. Empezamos a relacionarnos en diferentes ámbitos de la ciudad lo que nos permitió encontrar la manera de sustentarnos económicamente.

Nuestra primera fuente de ingreso fue desempeñarnos como docente en  escuelas secundarias, lo cual nos abrió nuevos caminos. También, integramos una mesa de trabajo multisectorial convocada por la municipalidad en la que trabajamos en conjunto por la problemática de las adicciones. Desde los comienzos de la obra, realizamos eventos en los cuales impactamos la ciudad a grandes escalas, ya que no era común que se realizaran acontecimientos de tal magnitud y sobre todo cristianos.

Comenzamos con campañas evangelísticas al aire libre, eventos para niños, alquilamos el cine de la ciudad en varias oportunidades en las que nos quedó chico y en cada evento se añadían a la iglesia los que habrían de ser salvos.

Estaba comenzando un mover del Espíritu Santo en el que todo el pueblo podía saber que algo estaba pasando en la iglesia “Renuevo del Cielo”. Desde el municipio nos convocaban para ser parte de la organización de la fiesta del día del niño en el pueblo, participando con payasos, tirolesa, con diferentes jóvenes y hermanos de la Iglesia, con la bendición de poder entregar tratados evangelísticos. En cada fiesta del pueblo allí estaba la Iglesia haciéndose escuchar y participando con diferentes stands. El evangelismo puerta a puerta, las visitas a la cárcel y al hospital, llamaban la atención de muchos que a través del testimonio genuino de los hermanos de la iglesia, y la extraordinaria fe que nos movilizaba invitaba a los habitantes de Choele Choel a sumarse de a poco a tan hermoso ministerio.

Sembramos cinco años de mucho esfuerzo, dedicación y nuestros corazones completamente entregados a la obra. Regados con la gracia del Señor, dio como resultado una hermosa congregación la cual hoy es el reflejo de nuestras oraciones: “Señor danos una Iglesia sana y fuerte”.

Años más tarde El Señor puso un nuevo sentir en nuestro corazón. Actualmente pastoreamos la iglesia de la cual salimos, en la ciudad de Puerto Madryn, fundada en el año 1982  por los pastores Julia y Horacio Balbi, quienes son los padres de mi esposa.

Aquella congregación que nos permitió vivir la experiencia de “plantar una nueva iglesia” quedaría guardada en nuestros corazones, y sigue creciendo, pero con más fuerza que nunca, ya que nuestro lugar lo ocuparon los pastores Lucia y Mariano Canosa quienes con gran entusiasmo, tomaron el desafío de construir finalmente el templo el cual está en un gran avance y  asimismo continuaron con esa maravillosa obra que un día nació en el corazón de Dios.

Estamos agradecidos a Dios por poder seguir siendo parte de la extensión de su reino, sembrando en las vidas de las personas con un verdadero valor eterno, aquellos que le dicen “si” al Señor.

La aventura de soñar

Por Osvaldo Carnival

Hay un plan maestro sobre nuestra vida; todo cambia al conectarnos con el Maestro de ese plan

El nombre Tiger Woods encierra todo un símbolo para los amantes del golf. Cuando este hombre era solo un niño pegó en la pared frente a su cama fotos de Jack NicLaus, donde se veía ganando diferentes premios internacionales. NicLaus es llamado «El Oso de Oro», uno de los más famosos de la historia del golf. Al entrar su padre a la habitación, Tiger le dijo: «Papá, yo voy a lograr cada uno de sus premios».

Cuando Tiger tenía alrededor de doce años de edad una persona se acercó a Niclaus y le dijo:

—Quiero que veas jugar al golf a un niño, y lo llevó frente a Tiger.

Al observarlo quedó sorprendido y expresó:

—Él no solo será capaz de alcanzar mis logros, sino que los superará ampliamente.

Hoy Tiger Woods es toda una leyenda. Es el único jugador de la era moderna que alcanzó los cuatro títulos más importantes de una sola vez. El relator del Abierto de los Estados Unidos expresó lo siguiente: «Esta es la hazaña más grande que alguien haya alcanzado jamás en cualquier deporte. ¡Hemos sido testigos de un milagro!».

Generalmente, se piensa que la plenitud de este deporte se alcanza a los cuarenta años; sin embargo, él llegó a conquistar la cima, mucho antes.

¿Qué cosa marcó la diferencia? Un sueño.

¿Tiene usted su propio sueño?

Atreverse a soñar

A lo largo de la historia vemos que aquellos que hoy admiramos como grandes héroes o genios eran gente sencilla, gente común y corriente que no miró sus limitaciones, sino que se atrevió a fijar sus ojos en el sueño.

Muchas veces nos equivocamos en concentrarnos en los medios o estrategias, pues ellos no vendrán, si antes no tenemos un sueño. Lo primero es ATREVERSE A SOÑAR.

Existe una actitud que acompaña al sembrador en su tarea: se llama esperanza. Nadie sale a trabajar la tierra sin la expectativa de que, luego de un tiempo, pueda recoger el fruto plantado. El que siembra debe soñar. Para esto, muchas veces, hay que romper con el poder de la resignación. Necesitamos tener una visión, un sueño. De lo contrario, la situación puede asemejarse a la de un barco bien abastecido y con tripulación suficiente para comenzar el viaje, pero sin un destino, sin un puerto de llegada. Una persona sin un sueño, sin un objetivo, no llegará a ninguna parte. Usted no es fruto de una casualidad. El hombre no es un accidente de la naturaleza, como algunas veces quieren hacernos creer. Tampoco es una consecuencia de la evolución. Siempre pienso que es más difícil y que se necesita mucha más fe para creer en muchas de esas teorías, que en la sencillez de lo que la Biblia dice.

El libro de Génesis nos cuenta que, en el momento de la creación, Dios hizo todas las cosas por su palabra; una orden, y lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Pero cuando llegó el momento de crear al hombre, Dios se detuvo y dijo: «Hagamos al hombre». Tomó polvo en sus manos y con la pericia de sus dedos lo moldeó. Le dio forma. Está comprobado científicamente que la tierra posee unos catorce

componentes básicos y que el hombre los posee. Nada es casual, todo tiene una razón de ser. Cada parte del cuerpo tiene un propósito y cumple una función. En todo hay sabiduría. 

Albert Eintein supo decir: «Dios no jugaba a los dados al crear el mundo». Sin duda, el famoso científico tenía razón: hay un plan maestro sobre nuestra vida; todo cambia al conectarnos con el Maestro de ese plan. Aquí es donde surge la importancia de Más Iglesias.

Más Iglesias significa más lugares donde las personas puedan descubrir su propósito, conectarse con el plan del Maestro, y recibir esperanza para seguir adelante. No se trata solo de construir estructuras, sino de construir comunidades de fe que inspiren a soñar y a actuar. En un mundo donde la resignación y la falta de dirección pueden paralizar, Más Iglesias es una invitación a sembrar esperanza, a fijar los ojos en el sueño divino y a caminar hacia el destino que Dios ha preparado para cada uno.

La clave es permanecer

POR CARLOS Y LILIANA HERNÁNDEZ

Somos Carlos y Liliana Hernández, y con nuestras cuatro hijas, Florencia, Belén, Salomé

y Laura, llegamos en mayo 2002 a la ciudad de León.

LEÓN es una ciudad que esta al noroeste de España. Es una ciudad pequeña, a pesar

de haber sido la capital del Reino de España durante 1000 años, como dice Carlos, es la

Siberia española, ya que tenemos nueve meses de invierno y muchos de ellos con nieve.

En ese mes de mayo del año 2002 se juntaron muchas situaciones inesperadas que hi-

cieron, a ojos humanos, ver como imposible nuestra salida al campo. El corralito en Ar-

gentina, el cambio en Europa al euro y el cambio de la ley de Extranjería en España. Pero

DIOS OBRO EL MILAGRO y el 29 de mayo de 2002 aterrizamos en España.

Cuando llegamos a León, no había casi ningún testimonio evangélico pentecostal. Solo

una pequeña iglesia de hermanos libres, que lamentablemente no nos recibieron bien.

Queremos creer que, por desconocimiento, llegaron a preguntarnos a qué veníamos si

ya estaban ellos.

Comenzamos a tener nuestras reuniones en el salón de nuestro piso, nosotros seis, y re-

partíamos tratados. Cada domingo hacíamos nuestro culto con dirección, ofrenda, ala-

banzas y prédica. Cada uno de los seis teníamos nuestra parte, y esperábamos el fruto

de nuestra evangelización. Y así, sin desmayar, por meses. Hasta que un día llegó una fa-

milia que aún hoy son obreros de la iglesia. Recordamos llegar los niños de la familia, de

7 y 9 años, y se nos llenan los ojos de lágrimas al pensar que Carlos ya los casó a los dos.

Esas reuniones en casa nos costaron 11 mudanzas. Porque decían que éramos raros, por-

que rezábamos y venía gente, hasta que pudimos alquilar un local de 47 metros cuadra-

dos en el año 2006. Siguieron años en que Dios probó nuestra fidelidad y fe, ya que no

experimentábamos el crecimiento por el cual orábamos y trabajábamos. Atravesamos

momentos económicos muy difíciles, pero nunca, por la fidelidad de Dios, pensamos en

abandonar. Sabíamos en quién habíamos creído, y quién nos llamó.

A cambio, el Señor nos ha dado el gozo de tener hijos espirituales en otras naciones, que

se han convertido con nosotros. Otros que se han reconciliado con el Señor, otros sim-

plemente pastorearlos. Por tener León la característica de ser una ciudad universitaria

que vienen estudiantes de muchos sitios, hoy tenemos hijos espirituales repartidos por

todo el mundo, en Estados Unidos, Brasil, Chile, África y tantos lugares más

Por la misericordia del Señor, la Iglesia hoy ha crecido. Tenemos un local de 200 metros,

el cual está llegando a su límite de capacidad. Hay obreros que sirven al Señor con ale-

gría, estamos trabajando en la capacitación de los obreros, y ahora estamos a punto de

iniciar un ayuno de 21 días, ya que estamos pensando extender las estacas a otros sitios

sin testimonio.

Dios nos ha bendecido mucho más de lo que podríamos haber imaginado. Hoy nuestras

hijas todas son parte del ministerio. Dos ya han formado su propia familia, y el Señor nos

ha bendecido con cuatro nietas leonesas.

Sabemos que todavía queda mucho por hacer y que estamos abocados a la tarea para

que el Señor nos encuentre haciendo lo que nos encomendó.

Recuperado:

Nota tomada del boletina mensual del Departamento Nacional Misionero.

Cualidades y Acciones

Por Daniel Ayelef

Desde el comienzo del ministerio de cada pastor surgen preguntas, y la mayor pregunta es ¿cómo hace un pastor para crecer ministerialmente? o ¿qué hacer para que crezca la iglesia?

Yo tuve estas preguntas cuando comencé a plantar mi iglesia hace algunos años atrás y una de las cosas que hice para ayudarme a responder esta pregunta fue buscar referentes. Algunos de estos referentes no saben que los tome como ejemplo a seguir a la distancia, a ellos yo los llamo consejeros indirectos. Es decir que, aunque no hay una relación directa con ellos, se puede seguir su ejemplo de cerca observado como desarrolla lo que Dios le ha dado en su ministerio.

Y como ese ejemplo es bueno, se puede hasta tomar cosas para el ministerio propio. Algunos tal vez piensen que copiar la labor de otro no está bien, pero pregunto: ¿está mal copiar algo que da resultado?

En lo personal, creo que no está mal, y lo que sí está mal es perder la identidad. Al observar los ejemplos, se puede ver que esos ministros avanzan y tienen resultados, al acercar un poco más la mirada encuentro algunas cualidades y acciones que todos ellos comparten, las cuales les ayudan a crecer ministerialmente. A continuación, les comparto algunas de ellas:

A- COMPROMISO CON SU LLAMADO: están tan comprometidos con su tarea que no se desenfocan. Ellos saben a lo que fueron llamados (identidad clara, llamado claro) como el personaje bíblico Nehemías. A Nehemías los enemigos lo querían distraer de la tarea que realizaba, pero el se mantuvo enfocado, con una mano trabajaban y la otra empuñaban un arma (Nehemías 4:17) dando un claro ejemplo del: ¡NO QUIERO DISTRAERME! Muchos desean ver resultado en el trabajo que realizan, pero el problema es que muchas veces caen en la distracción. Algunas causas de la distracción pueden ser situaciones difíciles de resolver, problemas que surgen y no nos permiten re-enfocarnos o el hecho de mirar a otros que crecen de forma más rápida, deslumbrándonos con su ministerio. Y es aquí en donde debemos desarrollar una identidad sana y clara como Nehemías. Por ejemplo, hace unos años atrás el intendente de mi ciudad me invitó a ser parte de la lista de sus concejales, parecía una buena oportunidad para llegar a otros niveles de influencia. La situación en la iglesia era muy favorable porque estamos en pleno crecimiento y desarrollo, y allí en medio de esa propuesta se me vino a la mente que eso era una distracción a lo que Dios quería hacer en Villa Regina. Dios me mostro que ese no era a lo que Él me había llamado y puede evitar la distracción.

B- PERSONAS ESFORZADAS: Una de las cosas que tome de estas personas que tome como consejeros indirectos es que no están ociosos, sino que están constantemente creando algo para continuar extendiendo el evangelio. Innovan con nuevas ideas, ejecutan esos proyectos y delegan a otros de su entorno (los cuales ven que tienen capacidades de liderazgo). Y aprovechan cada proyecto, contexto y lugar para tener la oportunidad de predicar y mostrar a Cristo a toda la comunidad en la que se encuentran inmersos.

C- PERSONAS QUE DELEGAN: La mayoría de estos consejeros indirectos comprenden que es imposible estar en todos lados, debido a que uno solo hombre no puede hacer mucho sino tiene un equipo en quien descansar y delegar responsabilidades. Y aquí se puede ver unos de los grandes secretos: se necesita tener un corazón sano, libre de temores y prejuicios; el cual pueda confiar en que Dios también obra en la vida de los demás y puede usar a otros.


D- PERSONAS DE FE: Estas personas esperan y dependen de Dios, y no de los hombres e instituciones. La vida de todos ellos muestra que comenzaron sus iglesias de la nada, teniendo como recurso único su confianza en Dios. Ellos poseían un llamado y una clara, que los invito a tener una total dependencia de Dios. Entendieron que a través de nuestra Fe se honra a Dios, y que esa es la mejor virtud porque trae la certeza de que todo viene de Dios y que Él es la fuente de los recursos que se necesitan. A su vez, este principio nos permite entender que debemos mantener un corazón sano con nuestros pares y autoridades. Vinculado a este punto, hace unos años atrás, en una ocasión me encontraba preocupado por un desafío grande que teníamos como iglesia, y pensé pedir ayuda económica al gobierno provincial para el reto que teníamos, y como eran tiempos de elecciones sabía que los candidatos estaban abiertos a dar recursos. Mientras pensaba en avanzar sobre esta idea, escuche la voz del Espíritu Santo que me hacia una pregunta: “¿Qué pensarías, si tu hijo que necesita un calzado, en vez de pedírtelo a vos se lo pide a tu vecino?”. Esa pregunta me hizo desistir inmediatamente de
esa idea y Dios se glorificó proveyendo todo lo que necesitaba, sin tener que buscar los recursos en los hombres. Esto es una actitud que he visto en muchos referentes cuya confianza está puesta en Dios.

E- PERSONAS SUJETAS:  Todos estos pastores que crecen tienen un pastor que los ministra y los guía, dándoles consejos y llamados de atención. Estar sujeto es una señal de humildad a Dios y las autoridades. Es por eso que es importante que tengamos un pastor sobre nosotros, alguien que nos guie y aconseje para que podamos dar pasos firmes durante todo el camino.


Estas son algunas de las cosas que puede observar de los pastores que crecen y avanzan cumpliendo con el llamado que Dios les hizo.

Fe en movimiento

Espero que estén tan emocionados como yo por lo que Dios está haciendo en nuestras vidas y en la próxima generación. ¿Cuántos de ustedes pueden sentir que Dios está en movimiento entre nosotros? ¡Amén! Dios está obrando maravillas y es crucial que tomemos una decisión hoy: dar el siguiente paso.

Es demasiado fácil venir a un servicio y seguir adelante sin cambios. Pero si hacemos eso, nos olvidamos de la grandeza de nuestro Dios. Él es el pan de vida, no debemos contentarnos con migajas. Debemos buscar su presencia, ser transformados y liberar todo el potencial que Él ha depositado en nosotros.

Recuerdo cuando me decían que tenía potencial, pero ¿saben qué es el potencial? Es lo que aún no hemos logrado, lo que está por ser realizado. No podemos conformarnos con menos de lo que Dios nos ha llamado a ser.

Hay una historia poderosa que quiero compartir con ustedes sobre un hombre llamado Bartimeo. Él vivió con limitaciones, pero tuvo que romperlas para convertirse en quien Dios lo creó para ser. A menudo, nos encontramos limitados por el miedo, la ansiedad, la duda o la falta de recursos. Pero no debemos permitir que estas limitaciones nos detengan.

Bartimeo nos enseña que debemos mantener nuestros ojos en Jesús. Cuando lo vemos pasar, debemos persistir en nuestras súplicas, sin importar lo que otros digan. Jesús nos está preguntando hoy: «¿Qué quieres que haga por ti?» Debemos pedir con fe y confianza, sabiendo que Él puede romper todas nuestras limitaciones.

Es hora de dejar de conformarnos con menos de lo que Dios tiene para nosotros. No podemos llevar nuestras limitaciones con nosotros cuando nos acercamos a Jesús. Debemos desecharlas y abrazar la transformación que Él quiere realizar en nuestras vidas.

Hoy, Jesús está llamando a cada uno de nosotros a dar el siguiente paso. Él nos está llamando a salir de nuestra zona de confort y confiar en Él para romper todas nuestras limitaciones.

No podemos conformarnos con ser lo que éramos cuando llegamos aquí. Debemos salir cambiados, transformados y listos para cumplir el propósito que Dios ha establecido para nosotros. ¡Es hora de liberar todo nuestro potencial y vivir en la plenitud de lo que Dios nos ha llamado a ser!

Recuperado de:
Desgrabación de la prédica de Terry Parkman de la Convención Nacional 2024

Paz en el matrimonio

 Por: Humberto y Eve Jiménez

 La familia pastoral

“Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos” Romanos 12:18

Los mayores motivos de conflicto que pueden llevar a la falta de paz matrimonial son las finanzas, la falta de diálogo y afecto, las relaciones con los amigos y parientes, el tiempo de recreación y esparcimiento, temas espirituales y/o religiosos, la distribución de las tareas domésticas, la disciplina respecto a los hijos.

Tener paz en el matrimonio, y por lo tanto en el hogar, no significa ausencia de conflictos o diferencias. Todos arrastramos nuestras historias personales, todos tenemos una inclinación autocéntrica. Y si sumamos los temperamentos diferentes y las complicaciones de la vida diaria, esto resulta en ¡conflictos!

Para traer paz al hogar hay que reconocer dos clases básicas de conflictos:

-En primer lugar, aquellos conflictos que nosotros creamos por inmadurez, malos hábitos, etc., que debemos ver y buscar eliminar de nuestros matrimonios para no sumarlos a los de la vida conyugal.

– En segundo lugar, los conflictos que simplemente resultan de la vida cotidiana, como el trabajo, la crianza de los hijos, etc., que son los conflictos del presente. Dichosas las parejas que ya solucionaron los conflictos del primer grupo y están abocados en buscar la paz en la vida diaria y presente.

En el conflicto deberíamos saber cómo conducirnos y qué decisiones tomar. Para lograr la paz en un conflicto es necesario que haya una confrontación amorosa y respetuosa al hablar los temas y no evadirlos.

El poeta inglés Woodsworth escribió: “Quien tiene un buen amigo no necesita espejo”. Y en el matrimonio tenemos que encontrar precisamente en nuestro cónyuge nuestro mejor espejo, nuestro compañero, nuestro consejero confiable. Aquí entonces estamos hablando de un matrimonio que ha alcanzado un grado de madurez.

Hay que practicar el perdón a diario. Sin perdón y reconciliación, el matrimonio tambalea. Cuanto antes enfrentemos los conflictos, los conversemos y tomemos decisiones, más fácil será perdonar y realizar cambios.

Es importante:

  • Que cada cónyuge sea responsable de sus actitudes emocionales y de sus acciones.
  • Que cada cónyuge sea responsable de expresar con claridad lo que piensa y lo que le preocupa, siempre en un tono de amabilidad y respeto.
  • Tratar los conflictos en la privacidad del hogar, sin mezclar a terceras personas, a menos que un sabio consejo sea necesario.
  • Ser humildes para reconocer cuando se hayan equivocado.
  • Buscar “atacar el problema y no a la persona”, evitando la crítica innecesaria, palabras acusatorias y dramáticas.

Y esta sabiduría de resolver las diferencias dependerá enormemente de nuestra relación individual con Dios.

La meta de un hogar en paz no es vivir sin conflictos, sino aprender cómo enfrentarlos, y cómo vivirlos. y sobre todo, saber cuál es el trato de cada cónyuge dentro del conflicto.

Quizás tu matrimonio hoy esté en crisis, o quizás no, pero ten presente que tu responsabilidad es trabajar en lo que a tí te toca.. Dios podrá obrar en tu matrimonio con tus acciones y actitudes de fe (Lucas 6.42).

Comienza plantando semillas de inspiración y bendición hoy. No dejes que las semillas de amargura y rencor echen raíces que agrieten tu matrimonio.

Aporta tu madurez y recuerda que tu cónyuge no es perfecto, si no, ¡no se habría casado contigo! (1 Corintios 13.11). En cuanto dependa de ti, mantiene la paz.

Recuperado de https://www.oramos.com.ar/blog/la-familia-pastoral/paz-en-el-matrimonio

Levántese del fracaso (Parte 2)

Los fracasos no son acontecimientos terminales, que marcan el fin de algo, a menos que se lo permitamos. Todo en la vida se aprovecha, y en particular lo que se malogra o no sale como esperábamos, porque tiene el propósito de ayudarnos a crecer. Por eso, es importante que lo vivamos así y no nos desmoralicemos. Hace un tiempo, hablaba con una persona que con mucha sinceridad abrió su corazón. En ese momento, tenía una mochila a su lado, la señaló y me dijo: “Osvaldo, yo tengo una bolsa llena de sueños rotos”. Esto me impactó profundamente, porque encontró las palabras justas para describir ese momento de la vida cuando uno de repente se detiene y dice: ”¡Cuánto dolor, cuánto fracaso!”. 

Al respecto, el consagrado golfista Roberto De Vicenzo sostenía que “el golf no es apto para quienes tienen poca tolerancia al fracaso. La frustración puede ser constante e intensa. Por eso, muchos empresarios exitosos abandonan este deporte casi de inmediato”. Sepa que el fracaso no es el que lo moldea, sino la manera en la que reacciona frente a una derrota. Es decir, no es determinante en la vida de nadie, lo es la forma como se reacciona ante las circunstancias adversas. En el camino hacia el triunfo, siempre va a tener que detenerse inevitablemente en estaciones de fracaso. 

A mí me gusta mucho leer biografías, me he sorprendido al enterarme que infinidad de personas exitosas, que triunfaron en la vida, han estado marcadas por profundos momentos de fracasos. Usted preguntará: “¿Cuál fue la virtud que les permitió triunfar?”. Quizás se lo atribuya a su inteligencia, algún  talento innato o su capacidad. Temo decirle que no. La clave del triunfo estuvo en la actitud que tuvieron cuando todo se derrumbó a su alrededor, fueron personas que se atrevieron a levantarse en medio del fracaso. 

Muchas veces esta sociedad, que se caracteriza por su alto grado de competitividad, nos hace sentir perdedores. En estas situaciones o momentos poco importa la opinión de los demás, lo importante es que no la tomemos como una verdad absoluta, que no la creamos a pie juntillas. Lo fundamental es que consideremos la apreciación del resto como algo irrelevante. De ninguna manera debemos conformarnos con ese criterio establecido, no nos tenemos que entregar. Pues siempre es posible aprender del fracaso, para poder levantarnos y seguir adelante.

Todo cambio se genera a través de la alteración de las actitudes y de los hábitos de pensamiento. Entonces, lo correcto será comenzar a buscar las modalidades más viables para que las cosas se puedan concretar, en vez de buscar las razones para explicar por qué no se pueden hacer.

La gente no fracasa porque no puede superar los obstáculos, sino porque se da por vencida. El mensaje crucial para el día de hoy es que tenemos que ser perseverantes. La perseverancia es el hábito de seguir adelante hasta alcanzar los objetivos. Mientras más tenaz e infatigable sea usted, mayor garantía de éxito tendrá. 

Estimado ministro, perseverar en las promesas que Dios le hizo es clave para ver Su obra manifestarse en su plenitud. Cada «Sí» y cada «Amén» que damos en respuesta a Su llamado, y darán fruto en su debido tiempo. En estos tiempos de desafíos, Argentina clama por más iglesias, lugares donde la fe se fortalezca, las vidas sean transformadas, y la luz de Cristo brille con más fuerza. Sigamos avanzando con valentía, sabiendo que el Señor es fiel para cumplir lo que ha prometido. ¡Adelante, que la cosecha es grande y el tiempo es ahora!

Así que no se dé por vencido jamás. Porque mientras haya vida, habrá perspectiva de triunfo.